Las danzas rarámuri son ceremonias llenas de significado, cuidadosamente ejecutadas. Tienen el poder de establecer comunicación con los dioses y de representar la vida de la tribu; son la motivación espiritual de costumbres y creencias. Por medio de las danzas se desenvuelve su cultura y en ellas expresan esperanzas, temores, anhelos y plegarias. Bailan para agradecer bendiciones o para alejar los maleficios y para evitar las enfermedades y el sufrimiento.
El baile tutugúri se ejecuta de noche y al amanecer se comen las ofrendas. Durante el desarrollo de la danza el canto del sacerdote se acompaña sólo de una sonaja.
Los matachines son los bailarines que actúan en las fiestas de la iglesia. Se distinguen por el brillante colorido de su atuendo, sus danzas son ejecutadas por un número par de bailarines, ocho o doce, acompañados de violines y guitarras.
Por otra parte, está la rarajípari, que es un juego de pelota muy común entre los tarahumaras. Es el acto colectivo más importante que llevan a cabo los hombres del grupo. Consiste en lanzar con el empeine una bola (komakali) hecha de raíces de encino y correr descalzos detrás de ella hasta alcanzarla.
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