Existen dos caminos para arribar a la región de Batopilas: el primero parte de Creel (a 247 km de Chihuahua) y el segundo de Guachochi (a 407 km vía Parral). En ambos casos se toma la desviación a Samachique (a 70 km de los dos lugares) y desde ahí se deben recorrer 55 km de descenso por terracería hasta llegar al fondo de la barranca y a Batopilas. El poblado se encuentra en la profundidad de una de las barrancas más hondas de la Tarahumara, la de Batopilas, que con sus 1800 metros es la tercera en profundidad.
El pueblo está a 460 metros sobre el nivel del mar y para llegar a él, desde la orilla de la barranca, se desciende por un camino de numerosas curvas donde puede admirarse un escenario fuera de serie. El traslado a Batopilas puede ser en camioneta desde la ciudad de Chihua-hua, y desde Creel en camiones de servicio de
pasajeros.
Debido a las diferencias de altitud, el clima del municipio es sumamente contrastante, en las zonas altas de las montañas es muy frío y la temperatura aumenta conforme se desciende por las barrancas, en cuyo fondo se registra un clima tropical.
Misión Santo Ángel Custodio, Satevó de Batopilas
La misión de Santo Ángel Custodio se encuentra a 8 km al sur de Batopilas y a 398 km de distancia de la ciudad de Chihuahua. El templo llama la atención porque es la única edificación en medio de toda la barranca. Desde la ciudad de Chihuahua el trayecto cuenta con 325 km de carretera pavimentada y 73 km de terracería.
Tiempo de recorrido: 8 horas y 30 minutos.
A finales del siglo XVII los jesuitas penetraron a esta región —hasta entonces territorio de los indios tarahumaras y tubares, estos últimos hoy extintos— y establecieron sus misiones; una de ellas fue Santo Ángel Custodio de Satevó, ubicada a 8 km de Batopilas. Esta construcción es única por su aislamiento y fue edificada entre 1760 y 1764. Pocos años después, la región sufrió cambios importantes debido a los descubrimientos de riquezas mineras.
Con la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, la misión de Santo Ángel Custodio fue descuidada hasta 1974, cuando llegaron los frailes de Propaganda Fide (fe) del Colegio de Guadalupe (era la congregación a la que estaba reservada organizar toda la actividad misionera de la iglesia; desde 1988, por disposición de Juan Pablo II se le llama “Congregación para la evangelización de los pueblos”). Fueron ellos quienes erigieron el edificio que hoy se aprecia, al que algunos lugareños llaman “catedral”.
El juego simétrico de espacios circulares y la relativa libertad tomada con la tradición colonial de arquitectura eclesiástica se deben, seguramente, a un arquitecto o ingeniero inspirado en las ideas neoclásicas que entonces prevalecían.
Iglesia de la Virgen del Carmen
El templo fue construido en el siglo XVII por los jesuitas. Presenta una espadaña (campanario de una sola pared en la que están abiertos los huecos para colocar las campanas) de dos cuerpos con campanas y en su interior se encuentran pinturas de caballete y escultura.
Más por conocer
En este municipio también se puede visitar la Casa Morelos del siglo XVIII y el Palacio Municipal del siglo XIX. Se recomienda recorrer las ruinas de la mansión de Alexander R. Sheperd, dueño de minas en Batopilas entre 1880 y 1910. |