Sobre el rescate y la restauración
Aunque las misiones norteñas han sido tema de investigaciones desde perspectivas históricas, económicas y etnográficas, es sorprendente que las obras de arte dentro de ellas hayan llamado poco la atención. A pesar del abandono y de la destrucción, todavía se conservan muchas obras en las antiguas misiones, notables por su calidad pero también por las ventanas que pueden abrir hacia la comprensión del pasado. Lamentablemente, los problemas materiales más comunes encontrados en estas obras se remiten al descuido y desuso de las piezas.
Para llevar a cabo una exposición de tal magnitud el Mandato Antiguo Colegio de San Ildefonso se convirtió en un detonador para emprender la ardua tarea de rescate, restauración y divulgación de obras que estaban prácticamente en el olvido y a punto de desaparecer. Instancias como el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto Nacional de Antropología e Historia, Sitios y Monumentos, y diversos museos, comprometidos con esta labor se unieron a esta iniciativa, que lleva casi tres años de gestiones y trabajos.
Viajes por el norte de México, gestionados por el museo, a comunidades alejadas y de difícil acceso, así como a misiones del sur de los Estados Unidos, se iniciaron desde 2006 con base en las investigaciones desarrolladas por la Dra. Clara Bargellini y el especialista Michael K. Komanecky. Procesos de convencimiento, tanto de personas como de autoridades civiles, culturales y religiosas, fueron el germen para poder mostrar un patrimonio imprescindible de nuestra historia.
Hasta el momento, el número de piezas que se han intervenido para esta exposición, asciende a 61. En este proceso, participaron tanto los talleres de instituciones como la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía “Manuel del Castillo Negrete” del INAH, así como el del Antiguo Colegio de San Ildefonso y algunos restauradores particulares. Los procesos siguen en algunas de las obras y en la exposición se presenta el registro de casos representativos de esta labor de rescate.
De Chihuahua, de las 47 piezas que se intervinieron, San Ildefonso restauró más de 40, la mayoría inéditas o desconocidas, que han sido catalogadas para dejar un precedente único en su tipo. Ésta será la primera vez que salgan de su lugar de origen para ser exhibidas. Por ejemplo, uno de los casos más dramáticos de restauración fue el realizado a la escultura del Cristo de Domingo de Ramos, originaria del Templo de San Ignacio Coyachi; igualmente, del Templo de Cristo Rey en Bocoyna, se intervino el estandarte litúrgico de la comunidad que recuperó su belleza. Del Templo de San Miguel Tutuaca, un Ángel de la Guarda, óleo sobre tela, que había perdido más de la mitad de su composición pictórica fue intervenido para contrarrestar su abandono. Asimismo se trabajaron piezas de los templos de Santa María de Cuevas y del Seminario Arquidiocesano, incluyendo textiles, platería y pintura.
De Baja California dos obras fueron restauradas en el taller de San Ildefonso: la escultura del Santo Entierro y el cuadro de San Gabriel, ambos del Museo de las Misiones de Loreto.
Del estado de Coahuila se rescataron tres óleos sobre tela de la Parroquia de Santa María de Parras, enclave jesuita por excelencia. Sobresale La Virgen de los gozos, del pintor novohispano José de la Mota, quien representó una advocación mariana muy difundida por la Compañía de Jesús y cuyo culto aún subsiste.
Se intervinieron, en San Ildefonso, cinco piezas del Distrito Federal. A pesar de que las obras provienen de museos o iglesias bien conservadas, se requirió la limpieza y el retiro de barnices dañados para devolverles su calidad pictórica. La escultura de San Francisco Xavier en éxtasis, de la iglesia de San Felipe Neri, la Profesa, que perteneció a un retablo hoy desaparecido, será exhibida por primera ocasión en una exposición; se trata de una de las esculturas más antiguas, talla en madera, de la ciudad de México. Con ello se inicia un proceso de conservación riguroso.
De Durango, se restauraron tres piezas inéditas que estaban en completo abandono, en materia de conservación, pertenecientes a los templos de Santa María de Guadalupe en Otáez. Por ejemplo, la escultura de la Virgen con el niño fue de las pocas obras sobrevivientes que sufrió daños a causa de un incendio, además de que presentaba una adversa serie de repintes e intervenciones. Los restauradores han logrado eliminar colorantes y pinturas nocivas para la pieza, así como recuperar las técnicas de tallado y su policromía. De la Parroquia de Santiago Apóstol en Papasquiaro se recuperó un lienzo de Miguel Cabrera, en esta intervención se develó la firma del artista y se recuperó la luminosidad del lienzo. Se trata del retrato del Padre Hernando de Santaren Mártir de la rebelión tepehuana. De este estado, también podremos observar los trabajos de recuperación de la escultura milagrosa del Señor del Mezquital.
Del Estado de México se restauró en San Ildefonso una pieza: la escultura de San Francisco de Asis, del siglo XVI, que pertenece a la colección del Museo del Virreinato a la cual se le hizo un proceso de limpieza profunda y consolidación.
Para lograr la realización de un proyecto de tan altos vuelos, que logrará una selección de más de 100 obras de arte, el Antiguo Colegio de San Ildefonso, organizador de la exposición, despertó el interés y la confianza de las distintas instituciones que se sumaron a esta iniciativa y que serán sedes de la exposición después de su presentación en la ciudad de México:el San Antonio Museum of Art, el Museo de Historia Mexicana, de Monterrey; el Centro Cultural Tijuana, y el Oakland Museum of California.