FIRMA DE LOS TRATADOS DE TEOLOYUCAN.
(13 DE AGOSTO DE 1914)..
A mediados de julio de 1914, el gobierno del General Victoriano Huerta se dio cuenta de lo inminente de la victoria revolucionaria, por lo que el día 15 de julio de ese año, presentó su renuncia a la Presidencia de la República y salió al exilio. Se nombró en su lugar al Licenciado Francisco Carvajal, Secretario de Relaciones Exteriores, quien nombró al General de División José Refugio Velasco como Ministro de Guerra y Marina, así como al General de División Gustavo A. Salas como Subsecretario.
El nuevo gobierno intentó negociar con los revolucionarios, pero ellos se negaron ya que deseaban la entrega de la Capital así como la disolución del Ejército Federal.
Finalmente, el General Álvaro Obregón con el Cuerpo de Ejército del Noroeste en el poblado de Teoloyucan, entablaron negociaciones entre revolucionarios y el Gobierno federal.
El 11 de agosto de 1914, respetando la resolución a la que habían llegado el General Velasco (representante del Ejército Federal) y el Ingeniero Robles Domínguez (enviado de Venustiano Carranza) el 9 de agosto, la comisión representante del Ejército Federal salió de la capital de la República al frente iba el Ingeniero Robles Domínguez acompañado del Ministro de Brasil; Cardoso de Oliveira; Lionel Carden encargado de negocios de los Estados Unidos, el Secretario de la Delegación Francesa señor Víctor Aygesparse, el periodista Rómulo Velasco de Ceballos, el arquitecto Ignacio de la Hidalga, Rafael Lara Grajales y Diego Arenas Guzmán. Dentro de la junta se trataron de exponer los puntos más adecuados para que se desarrollara en los mejores términos la rendición y salida del Ejército Federal de la capital de la República.
Ese mismo día, por la noche, hizo su arribo al poblado de Teoloyucan el Primer Jefe, Don Venustiano Carranza, quien mantuvo una breve entrevista con el señor Don J. M. Cardoso Oliveira; entrevista que duró unos cuantos segundos y en la que Don Venustiano Carranza puso en claro que se respetarían toda clase de garantías a los pobladores extranjeros, sin embargo, que aquello que se refería a los asuntos y garantías de los ciudadanos mexicanos sólo le concernían a ellos mismos, al igual, el Primer jefe facultó al general Álvaro Obregón para que se encargara personalmente de los términos de rendición del Ejército federal. 1
Al día siguiente, la comitiva federal se incorporó, nuevamente, a las inmediaciones del cuartel del General Álvaro Obregón donde éste les informó, tanto al Ingeniero Alfredo Robles Domínguez como al señor Eduardo N. Iturbe y demás miembros presentes en la junta, que a partir de ese día el documento de la entrega de la Ciudad de México y la disolución del Ejército Federal llevarían por nombre “Tratados de Teoloyucan”.
Esa misma noche, el Presidente Interino Francisco Carbajal firmó su renuncia dejando la entrega de la capital en manos del General Velasco y el Gobernador del Distrito Federal, Eduardo N. Iturbe, saliendo rumbo a la ciudad de Veracruz para embarcarse con destino a los Estados Unidos.
El 13 de agosto de 1914 se firmaron, sobre la salpicadera de un automóvil, los tratados de rendición cuyo objetivo principal fue la Disolución del Ejército Federal y la Capitulación de la ciudad de México, estando presentes: el General Álvaro Obregón, Jefe del Ejército del Noroeste, el General Gustavo A. Salas, Secretario de Guerra; el contraalmirante Othón P. Blanco; representante de la Armada Federal; el Licenciado Eduardo Iturbe y el Ingeniero Alfredo Robles Domínguez; así como; el arquitecto Ignacio de la Hidalga, León Taurel y Diego Arenas Guzmán.
Se levantaron dos actas; la primera firmada por el general Álvaro Obregón y el Gobernador del Distrito Federal, Eduardo Iturbe, en la que se dejó en claro las bases por las cuales las fuerzas Constitucionalistas entrarían a la capital del país. Por un lado, se aceptó que las tropas Constitucionalistas no entrarían hasta que las tropas federales hubiesen emprendido su marcha, así mismo, una vez ocupada la plaza el señor Eduardo Iturbe, en su calidad de depositario del poder, entregaría todos los cuerpos de policía quienes quedarían al mando del nuevo régimen político, por último, se acordó que el General Obregón aparte de respetar todas las garantías de los individuos así como de las pertenencias de los particulares; consumaría la entrada de sus tropas en perfecto orden para que los habitantes no fueran molestados en ningún sentido.
Dentro de la segunda Acta firmada en representación del Ejército Federal por el General A. Salas y por parte de la armada por el vicealmirante Othón P. Blanco, el General Álvaro Obregón y el General Lucio Blanco en representación del Ejército Constitucionalista; se establecieron las características en las que se llevó a cabo la evacuación de la plaza de México y la disolución y desarme del Ejército Federal.
La esencia principal de los Tratados de Teoloyucan es la disolución del Ejército Federal encabezado por Victoriano Huerta. Una vez firmados los tratados, el Secretario de Guerra y Marina, el General Velasco, en su calidad de Alto Mando del Ejército Federal dirigió un manifiesto a la Nación en el que reconocía el triunfo de la Revolución Constitucionalista. En su manifiesto decía entre otras cosas:
“ siendo un hecho el triunfo político y moral de la revolución... El Ejército Federal se disolverá... el ejército... podría aún prolongar la resistencia armada, pero cree firmemente que éste no podría justificarse ante la posteridad... habiendo desaparecido los Poderes de la Unión por disolución espontánea, el ejército no tiene razón de ser ni su existencia es legal (...)”. 2
2 Ibíd., pp. 251-256. Cfr., SAENZ Aarón, Los históricos Tratados de Teoloyucan, México, Ediciones del Patronato de la Historia de Sonora, 1964, pp. 55-60.
FUENTE CONSULTADA