Con la apertura del Centro Nacional de las Artes (cenart)
en noviembre de 1994, se impulsó una importante reordenación
de la educación artística profesional. Por su
vasta y diversificada oferta de actividades, el Centro se
convirtió también en un espacio cultural abierto
a todas las manifestaciones del arte.
Su
programa de trabajo se fundamentó en la articulación
de tres grandes áreas: educación, investigación
y difusión, vinculadas entre sí mediante acciones
que favorecieron la interacción entre las diversas
disciplinas, así como la relación entre la enseñanza
y la práctica profesional, en un marco de pluralidad
y excelencia.
De
la misma manera, su proyecto integral permitió la convivencia
de los artistas en formación con los de amplia trayectoria;
fomentó programas académicos complementarios
y propició una intensa actividad artística en
sus diversos foros, lo que le confirió un carácter
de centro cultural que benefició tanto a la comunidad
de estudiantes, maestros e investigadores, como al público
en general.
Esta
labor integral fue posible debido a que al Centro Nacional
de las Artes confluyeron las distintas escuelas de educación
artística y los centros de investigación del
inba; el Centro de Capacitación Cinematográfica;
un complejo de salas cinematográficas comerciales al
igual que otros espacios como el Centro Multimedia, la Biblioteca,
el Teatro y la Plaza de las Artes. Bajo un proyecto arquitectónico
diseñado ex profeso y con la incorporación de
equipamiento técnico de vanguardia, el cenart consolidó
su papel en la política cultural del país.
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