Esto es Mozart. Festival Internacional

Esto es Mozart. Festival Internacional

Si el mundo entero pudiera sentir el poder de la armonía…

Decir “esto es Mozart” equivale a decir “esto es La Música”. Sí, así, con enfáticas mayúsculas. Quizá no tenga caso glosar una vez más la precocidad, el talento, la productividad, el don incomparable, el alma luminosa de Juan Crisóstomo Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791); mejor que ello, afirmar que un festival articulado alrededor de la música de este singular creador salzburgués no requiere de una celebración o efeméride particular. La mejor razón para realizar un festival en torno a Mozart es porque sí, porque su música es gozo puro, porque su música habita la cúspide indiscutible de la creación del espíritu humano. Festejar a Mozart es festejar a nuestros oídos y a nuestra alma; festejar a Mozart es festejar a la música toda; festejar a Mozart es volver a darle su lugar preeminente al Compositor Entre Compositores.

La melodía es la esencia misma de la música. Cuando pienso en un buen melodista, pienso en un caballo de carreras. Un contrapuntista no es más que un caballo de posta.

Mencionar, glosar o comentar las múltiples riquezas que hay en la música de Mozart es asunto de largo aliento y mayor alcance. Entre ellas, sin embargo, hay una que sobresale con énfasis particular, y es el hecho de que en el transcurso de una vida creativa trágicamente corta, tuvo tiempo, ánimo y sabiduría para abordar (y siempre con excelencia) todas las formas y géneros musicales que estaban en boga en su tiempo. Y a todos ellos hizo contribuciones imperecederas. En este sentido, la programación del festival Esto es Mozart refleja puntualmente la variedad enorme de la producción del compositor, ofreciendo una amplia selección de su música vocal a lo largo y a lo ancho de su catálogo.

Sin embargo, las pasiones, violentas o no, nunca deben ser expresadas al punto de causar rechazo; y la música, aun en las situaciones del mayor horror, jamás debe ser dolorosa al oído, pero debe halagarlo y encantarlo, y por ello ser siempre música.

Óperas, misas, sinfonías, conciertos para piano, violín o clarinete, o para arpa y flauta, sonatas para piano, cuartetos de cuerda, oberturas, sonatas de iglesia, cuartetos y quintetos mixtos, sonatas para piano y violín, motetes, arias. Todo ello está aquí, organizado en numerosas sesiones musicales ofrecidas en sedes diversas, interpretadas por una colección notable de solistas, ensambles, orquestas y directores de México y del mundo, para conformar un banquete mozartiano que es, auténticamente, an embarassment of riches, una cornucopia musical que está llamada a convertirse, desde ya, en un hito destacado en el medio musical mexicano. No está de más señalar que a la sólida trayectoria y prestigio de los intérpretes convocados se añade el hecho de que varios de ellos son especialistas en la investigación, interpretación y divulgación de la mágica música de Mozart, lo que añade una dimensión ciertamente especial a esta serie de sesiones musicales. Esto es Mozart y, en efecto, Esto es La Música.

No hay sentimiento, humano o cósmico; no hay cima o sima que el espíritu humano pueda alcanzar, que no esté contenida en la música de Mozart.