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Enclavado en la Sierra Madre Oriental y en la región Mixteca, el estado cuenta con una variada e importante riqueza cultural y natural como son entre otras: barrancas, cascadas, grutas, valles semidesérticos, santuarios de cactáceas gigantes, volcanes, antiguas haciendas, iglesias virreinales, pirámides, poblados en los que habitan una de las más importantes poblaciones indígenas de nuestro país como es el caso de Cuetzalan, nombrado Pueblo Mágico; en la capital del estado se puede deleitar con su Centro Histórico que ha sido el resultado de una mezcla cultural y la belleza de su arquitectura lo ha hecho poseedor del nombramiento de Patrimonio Cultural de la Humanidad, de igual manera los conventos que se ubican en las faldas del Popocatépetl y que forman parte de los sitios distinguidos por la Unesco con este reconocimiento. Entre los atractivos naturales de interés destacan: el Citlaltépetl o Pico de Orizaba, considerado el volcán más alto de México y el Cuexcomate, registrado como el más pequeño del mundo. También se puede disfrutar de las aguas termales de Chignahuapan, el Valle de Piedras Encimadas en Zacatlán, los parajes de la Sierra Norte del Estado y los manantiales de Tehuacán, el Centro Histórico de Puebla, la zona arqueológica de Cholula y la zona paleontológica de Pie de Vaca, El Parián, El Barrio del Artista, Zoológico Africam Safari, Observatorio Astronómico (en Cholula), la cascada de Acatzintla con pozas para nadar, en Cuetzalan existen grutas, en Izucar de Matamoros el balneario de los Amatitlanes, en las lagunas de Epatlan y San Bernardino se puede practicar la pesca; en Tlapanalá zona arqueológica donde se puede ver una pirámide con dos cuerpos y restos de estructuras prehispánicas.
Un poco de historia Puebla: cuna de la Revolución Mexicana El punto de partida del proceso revolucionario fueron las declaraciones realizadas por el presidente Porfirio Díaz al periodista estadounidense Creelman en 1908, en las que afirmaba que el pueblo mexicano ya estaba maduro para la democracia y que él no deseaba continuar en el poder. Comenzó en el país una intensa actividad política y ese mismo año apareció el libro: La Sucesión Presidencial en 1910, escrito por Francisco I. Madero y que se convirtió en el manifiesto político de los grupos de oposición a la dictadura. La lucha anti-reeleccionista liderada por Madero comenzaba a traducirse en Puebla antes que en cualquier otra parte de la República Mexicana. Aunque todo parecía marchar de acuerdo a lo planeado y la revolución debía estallar el 20 de noviembre, en Puebla la situación tomó un camino diferente. Tuvo lugar la primera reunión del Club Anti reeleccionista presidida por Aquiles Serdán, el 19 de Julio de 1909 y se inicia la vigilancia de la familia por el gobierno estatal. Varias fueron las manifestaciones y movilizaciones de obreros, estudiantes y maderistas que se registraron en Puebla a pesar de la oposición que ejercía su gobernador, Mucio P. Martínez. Apoyado por pocos seguidores, y para mala fortuna de Aquiles Serdán, días antes de la fecha prevista, la revuelta se desató. Llegó a oídos de Aquiles la información que el jefe de policía, Miguel Cabrera comenzaba una serie de cateos para tratar de encontrar las armas de los futuros rebeldes. En la casa de Santa Clara, repleta de armamento que se ocuparía para el movimiento del 20 de noviembre, privaba la inquietud. Desde las primeras horas del 18 de noviembre, Carmen, Máximo y Aquiles Serdán esperaban el momento del cateo a la casa reunidos con sus colaboradores maderistas. Cuando el momento llegó, los anti-reeleccionistas sostienen un desigual combate contra la tropa, se defendían desde los balcones de la casa con armamento que habían preparado para tal hecho. Tras la muerte de Cabrera al inicio del tiroteo, desde la azotea de la casa, Máximo y sus compañeros presenciaron la llegada del grueso de las tropas federales y el combate aumentaba de intensidad. Más tarde las fuerzas ya se habían apoderado de la azotea y Máximo había muerto. Aquiles consideraba que si lograba escapar en los días siguientes podría reorganizar la revolución en el estado, de tal forma que la muerte de su hermano y del resto de sus correligionarios no fuese en vano. Aquiles tomó su revólver, guardó varios cartuchos y se dispuso a esconderse en un compartimiento que se encontraba en la planta baja de la casa. La madera del piso hacía imperceptible el lugar donde se encontraba el hueco. Doña Carmen Alatriste, Filomena del Valle y Carmen Serdán, fueron llevadas a prisión. Tras la salida de las mujeres de la familia Serdán, el jefe político Joaquín Pita recorrió con calma la vieja casa. Observó minuciosamente cada espacio de cada una de las habitaciones esperando encontrar el escondite donde se hallaba Serdán. Una tos lo delató y cayó muerto de un disparo en la madrugada del 19 de noviembre. Su cuerpo junto con el de Máximo fue exhibido en la penitenciaria y días después en las calles de la ciudad de Puebla, en razón de mostrar a los civiles lo que les pasaba a los maderistas. A pesar de que las primeras manifestaciones de la Revolución en Puebla no fueron tan afortunadas, a partir de ese momento se desató la rebelión; la Revolución Mexicana había comenzado en gran parte del país. Al respecto, Mariano Torres señaló: “Nuestra entidad contribuyó a desencadenar la acción del pueblo mexicano, y que esta etapa de la historia local no se circunscribió a los trágicos acontecimientos del 18 de noviembre de 1910, sino fue una lista de acciones valientes en las que participaron sectores completos de la Puebla del momento y que demostraron que solo con valor y constancia podía lograrse lo que pocos consideraban posible, el fin del largo régimen dictatorial del General Porfirio Díaz al aflorar las aspiraciones de los mexicanos de todos los rincones que luego secundarían tan valiente actitud”. |