Malinalco es el lugar donde se unen los tres niveles del cosmos: el cielo, la tierra, y el inframundo.
“…No es fabulación, ni resulta gratuito, el difundido pensamiento que atesora la gente lugareña al decir que el Señor Misericordioso quiso hacer recordar a los hombres del Estado de México el inmemorial paraíso terrenal y por ello creó la región de Malinalco”… Pueblo único de encanto ancestral, de calles empedradas, historia, casas multicolor hechas de adobe y tradición prehispánica. La tranquilidad que provocan sus paisajes lo convierte en un destino ideal para el descanso y la reflexión. Malinalco es un pintoresco pueblo de museos, tranquilidad, truchas deliciosas y nieves, donde el tiempo transcurre lento y silencioso, además se puede disfrutar en el tianguis, las marchantas aun vendiendo por montón o por bultito, flores brotando de las paredes de sus casonas coloniales y pequeños templos de los siglos XVI, XVII y XVIII, mostrando los diferentes barrios en que se trazó el pueblo.
A lo lejos sobre el Cerro de los Ídolos se encuentra la zona arqueológica de Malinalco, una de las más bellas del estado y desde donde se puede apreciar una magnifica panorámica del pueblo. De ella destaca el Santuario de los Guerreros Águila y Jaguar, que por su carácter monolítico es la única en América y que se ha comparado con Ellora en la India y con el templo de Abu Simbel en Egipto.
UN POCO DE HISTORIA
En el siglo XII llegaron los Acolhuas, Matlazincas y posteriormente los Chichimecas. Para el año 1476 el emperador Azteca Axayácatl conquistó el territorio y su huella permanece en los adoratorios, escalinatas y templos para los guerreros águila y jaguar.
De 1524 a 1533 llegan franciscanos, dominicos y agustinos. Son estos últimos los que construyen el monasterio del Divino Salvador en el siglo XVI.
En esta población se firmaron documentos valiosos para los independentistas encabezados por Don José María Morelos y Pavón y, en la época de la Revolución Mexicana, Malinalco se une al bando zapatista.
Lagunas de las Influencia Prehispánica permanece. Un ejemplo se encuentra en las personas aun se apellidan Tatatzin, Coatzin, Tecayáhuatl o sus nombres son Xochiquetzalli, así como la cosmogonía sigue influyendo de manera importante. El mercado es considerablemente parecido a lo que fue un mercado prehispánico y, en él, todavía es común que se utilice el truque. Las tortillas casi siempre están hechas a mano y uno de los platillos más comunes son los tlacoyos. En cada manzana hay un amasijo (horno de pan de leña) y, por tanto, los panaderos en Malinalco abundan, algunos solo preparan alimento para sus familia y otros se reúnen en la plaza cada tarde a vender su mercancía. Antes de la conquista, la dieta local no incluía proteína animal y hasta la fecha los ancianos no son muy afectos a la carne. Sin embargo, mucho de ellos viven cien años y más.
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