Abraham Nahón es editor y poeta. Dirige la revista de arte y literatura LunaZeta. Coautor del libro de ensayos y fotografía Memorial de los Agravios.


Fotografía en Oaxaca: Una narrativa visual contemporánea

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Es evidente que los secuestros no son un fenómeno reciente. Desde hace tiempo, en nuestro país la realidad ha sido secuestrada. Resistiendo este engaño común promovido por la visión totalizadora del poder político y los medios masivos de comunicación, la fotografía nos permite hacer emerger algunas de las (micro)historias invisibilizadas que en su devenir confrontan la historia dominante, que día a día intenta arruinar lo heterogéneo de nuestra cultura. Incluso, no faltará quien piense que en esta entidad telúrica (convulsa social y políticamente), la fotografía puede convertirse en su sismógrafo más eficiente. Y tiene razón.

Luna Marán. Sin título, de la serie Puente, 2008.

El conflicto social del año 2006 nos permitió revalorar a la fotografía como testimonio documental y como medio artístico para expresar la complejidad existente en la entidad. La revista Luna Zeta publicó en los años 2006 y 2007 algunos dossiers de fotografía relacionados con el tema. Después de un intenso trabajo de edición, en 2008 se publicaría el libro Memorial de Agravios, Oaxaca, México, 2006 (Marabú Ediciones), con trabajo de veinticinco fotógrafos de diversa procedencia. La difusión lograda a través de este libro, que incluyó diversas exposiciones, demostró el poder de las imágenes para mantener la memoria latente ante los actos brutales del poder político mexicano.

Pero la fotografía también ha explorado otras perspectivas. Y Oaxaca, desde la segunda mitad del siglo XIX, ha sido revelada por viajeros, arqueólogos, antropólogos, fotógrafos y artistas gráficos. La aproximación arqueológica, antropológica o artística, resalta rostros, revalorando la arquitectura (mesoamericana), acentuando paisajes y elementos culturales o inventando formas para ahondar los límites visuales y los imaginarios de lo que representa la entidad.

En el siglo XX, una serie de destacados creadores visitaron Oaxaca y le imprimieron a sus propuestas visuales el espíritu de la modernidad: Edward Weston, Tina Modotti, Manuel y Lola Álvarez Bravo y Henri Cartier-Bresson. Además de las miradas antropológicas y poéticas de Rosa Rolanda, Juan Rulfo, Nacho López, Mariana Yampolsky; Rafael Doniz, Graciela Iturbide, Flor Garduño, Pedro Meyer; Pablo Ortiz Monasterio, Eniac Martínez, Maya Goded, Mary Ellen Mark, entre otros.

La creación del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, fundado en 1996 por Francisco Toledo —con la colaboración de un grupo de fotógrafos que incluiría a Cecilia Salcedo, Jorge Acevedo, Vittorio D´Onofri y Jesús Márquez— potenció el trabajo fotográfico realizado en la entidad y permitió formar a una nueva generación de artistas vinculados a la lente.

En estos últimos años, la fotografía contemporánea en Oaxaca combina la utilización de técnicas fotográficas que no sólo se remiten a lo análogo, explorando, por ejemplo, a través de la fotografía digital, otras posibilidades y maleabilidades que reconfiguran nuestra relación con la memoria, con la realidad y con la instantaneidad. Las imágenes trasminan cierta musicalidad de nuestro tiempo y algunas de ellas han sido dotadas por las múltiples perspectivas que la cinematografía y el video nos han legado. Son imágenes contemporáneas que sedimentan distintos espacios y tiempos, representando realidades disonantes, rupturas y también desafíos.

Ante tal efervescencia creativa surgió la idea de editar el libro Fotografía Contemporánea en Oaxaca, proyecto iniciado por la revista Luna Zeta que logra concretarse a través del apoyo del FONCA-Conaculta y de la coedición y apoyo de los artistas Rubén Leyva (Marabú Ediciones) y Francisco Toledo (CFMAB). En esta publicación, artistas de amplia experiencia y reconocimiento muestran la riqueza de su oficio al lado de un grupo de fotógrafos que ha desarrollado un trabajo de calidad que desafortunadamente ha sido poco difundido. Bajo este esfuerzo editorial colectivo, se logra presentar una narrativa visual y estética enriquecida por la confluencia de generaciones y de sucesivas miradas.

La obra fotográfica que integra esta travesía editorial incluye a Graciela Iturbide, Francisco Toledo, Rubén Leyva, Jorge Acevedo, Cecilia Salcedo, Antonio Turok, Marcela Taboada; Alejandro Echeverría, Daniel Weinstock, Vittorio D´Onofri, Juan Carlos Reyes, Ivan Alechine; Alberto Ibañez (El Negro), Domingo Valdivieso, Ramón Jiménez (Rame), Jorge Luis Santiago, Judith Romero; Baldomero Robles, Edson Caballero, Ricardo Audiffred, Nadja Massun, Jorge Luis Plata, Luna Marán; María José Silva, Eva Lépiz y Eleuterio García. Para la edición se contó con la curaduría de Pedro Valtierra y Rubén Leyva. Los ensayos son de Jorge Pech y Abraham Nahón. La traducción al inglés fue de Kurt Hackbarth y la edición de Alfonso Gazga. El diseño, de Judith Romero y Rubén Leyva.

Después de un año de trabajo se pone nuevamente el acento en la colectividad y en la comunidad. Se reafirma la posición del artista visual como un ser social que aporta, a través de su obra, una visión profunda en que subyacen las heridas, anhelos, rabias contenidas, deseos y búsquedas de una sociedad oaxaqueña que muestra a través de estas imágenes, su propia contradicción y transformación.

Fotografías con dosis de movimiento y de reflexión, con tiempos clarificados o condensados que nos obligan a detener la marcha acelerada de nuestros días y a volver a pensar y reflexionar sobre las imágenes.

Eva Lépiz. Sin titulo, de la serie Oaxaca

Anular por un momento el frenesí vertiginoso del consumo virtual y darnos cuenta que más allá de la mirada guelaguetzana y burocrática que mutila las profundas vivencias que yacen detrás de las fachadas, hay un Oaxaca distinto, narrado bajo esta asombrosa cartografía que revela las entrañas de la ciudad, pero también otros horizontes del interior de Oaxaca: Teotitlán, Etla, Cuilapam, Huajuapam, Juchitán, Tlacochahuaya, Amatitlán, San Blas Atempa, Salina Cruz, Mitla, Suchilquitongo, Zaachila, Zimatlán, Capulalpam, la sierra mazateca, la región triqui, Ixtlán, etcétera, etcétera.

Al realizarse la toma in situ, se modifica la experiencia y la percepción de la realidad. Las tomas aportan una subjetividad distinta y nos revelan el proceso de transformación que experimenta la sociedad, pero también el fotógrafo. La inmersión en las comunidades oaxaqueñas, parafraseando aquel haikú de Basho, implica no solamente buscar el camino de los maestros, sino buscar lo que ellos buscaron. Y aportar una nueva mirada, que ya no sigue estrictamente fines científicos o que intenta completar el imaginario de la burguesía afín a las novedades expedicionarias, bajo una visión muchas veces teñida de colonialismo.

Los fotógrafos locales y radicados en la entidad identifican en estas imágenes rasgos culturales y estéticos, surgidos en la ciudad y en las comunidades, que van más allá del simple folclor: dignificando a los pobladores en su cotidianeidad, revalorando la vida comunitaria, atestiguando las fricciones entre tradición y modernidad, y en general, destacando su permanente asombro ante las maravillas y tragedias acontecidas en una entidad tan compleja.

Antonio de la serie China City, 2011

Además, en esta muestra de la fotografía contemporánea en Oaxaca, debe destacarse la participación de ocho fotógrafas y, dentro de ellas, la incursión de cinco jóvenes artistas cuyo trabajo es de mucha calidad.

Han convergido en  Oaxaca, donde han desarrollado o afinado su formación artística, ya que son oriundas de otras latitudes, pero radicadas desde hace años en la ciudad: Judith Romero, originaria de Veracruz; Eva Alicia Lépiz y María José Silva, de Chiapas; Nadja Massun, franco-húngara; y Luna Marán, que es originaria de una comunidad oaxaqueña. El trabajo fotográfico de estas autoras, realizado durante extensos periodos de tiempo, explora distintas perspectivas y temáticas: Judith Romero, aborda la inmigración china, los oficios practicados en colonias populares y la matanza de chivos celebrada anualmente en la mixteca oaxaqueña. Eva Lépiz, las bandas de música, los rituales y diversos escenarios de la vida comunitaria. María José Silva, las tumbas, esculturas y símbolos del panteón de Suchilquitongo. Nadja Massun, los afluentes del mezcal, la relevante presencia de las mujeres en el Istmo de Tehuantepec, además de un registro familiar en diversos espacios y atmósferas. Luna Marán, los puentes y lúdicas escenas de la vida urbana.

Los veintiséis fotógrafos incluidos presentan imágenes estéticas que resaltan la vitalidad de la fotografía contemporánea en Oaxaca, al registrar momentos esenciales de una realidad fecunda y abundante. Se edita sólo una muestra de este anhelo secreto de volver a contemplar (y convivir en) un espacio común, tangible y colectivo, donde se reencuentren nuevamente nuestras miradas.

Decía Marcel Proust que “el auténtico viaje no consiste en ver nuevos paisajes, sino en tener una mirada nueva”. Aquí se tiene una propuesta para que finalmente los lectores y los artistas se decidan a cuestionar, a participar y a mirar de otra forma las innumerables realidades de Oaxaca.

Mujeres de San Mateo del Mar, 2008