Luisa Josefina Hernández, dramaturga que redimensionó el papel de la mujer en la escena teatral mexicana

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Información: JRA
Comunicado No. 2385/2011
02 de noviembre de 2011

***Conaculta festeja a la autora que este 2 de noviembre celebra 83 años de vida

Luisa Josefina Hernández es una dramaturga cuyo trabajo se ha caracterizado por ser un teatro vital y revelador. En ocasión de su cumpleaños 83, el Conaculta realiza una breve recapitulación de sus aportes a las artes escénicas.

Nació en la Ciudad de México en 1928. Fue alumna de Rodolfo Usigli y enamorada de las teorías de Eric Bentley. El teatro de Luisa Josefina Hernández sacó a las mujeres del ambiente hogareño y la cocina, pues se inclinó siempre por retratar la realidad de su país, mostrando diversos contextos políticos, descubriendo pasiones y tradiciones, además de denunciar injusticias sociales.

A 83 años del natalicio de la escritora y dramaturga, que se cumplen este 2 de noviembre, son muchas las generaciones que han encontrado en su obra una ventana honesta y certera para conocer las pasiones, los conflictos, sistemas sociales y creencias que conformaron a la sociedad mexicana desde la segunda mitad del siglo XX.

       Entre sus obras destacan las realizadas en los años cincuenta como Botica Modelo, Aguardiente de caña, Los sordomudos, Los duendes y Los huéspedes reales.

       En los años sesenta su teatro se enriqueció con diversas teorías escénicas y la exploración de estilos revolucionarios, mismos que plasmó en piezas como La calle de la gran ocasión e Historia de un anillo.

       En esa misma década, Luisa Josefina Hernández incursiona también en el género de la novela con El valle que elegimos, a la cual siguieron otras obras literarias como La cólera secreta, La noche exquisita y Apocalipsis cum figuris.

       Por su colaboración en la revista América, la autora fue considerada como una fiel exponente de la llamada Generación del medio siglo, conformada por otras figuras como Sergio Magaña, Jorge Ibargüengoitia, Inés Arredondo, Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Salvador Elizondo, Ricardo Garibay, Dolores Castro, Juan García Ponce y Emilio Carballido.

       Amiga entrañable de Carballido, quien fue uno de los primeros en descubrir su talento para trazar personajes únicos para la escena: Hernández provocó a mediados del siglo XX el desconcierto de la comunidad cultural que hasta entonces no estaba acostumbrada a que una mujer pudiera ser autora de un teatro de fuerza y contenido.

       Luisa Josefina Hernández sorprendió a personalidades como Salvador Novo y Celestino Gorostiza con obras donde la figura femenina revolucionaba las costumbres morales y sociales de su época.

       El legendario director Seki Sano sería un constante motor para el montaje de sus obras, además de aprender de su trabajo el estilo y claridad para dibujar psicologías realistas en cada uno de sus personajes.

       La obra de esta autora se caracteriza también por su maestría para construir e incursionar por diversos géneros, mostrando inclinación tanto por las teorías de Brecht como por el teatro de época sin olvidar a los contemporáneos, incluso probando elementos del Teatro del Absurdo.

       Después de ganar una beca de la Fundación Rockefeller, la autora viajó a Nueva York para ponerse al día en las nuevas temáticas teatrales, además de participar en un curso de arte dramático en la Universidad de Columbia.

       También cosechó lo mejor de la tradición latinoamericana en obras como Los frutos caídos e incluso mostró su versión del más puro expresionismo en propuestas como Danza del urogallo múltiple.

       Algunas de sus piezas han sido montadas con gran éxito en Estados Unidos, Europa, diversos países de América Latina e incluso en Asia.

       Reconocida en 2002 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, la dramaturga ha recibido también distinciones como el Premio Xavier Villaurrutia por su novela Apocalipsis cum figuris.

       En los terrenos de la docencia, además de maestra, fue directora de la carrera de Letras, con especialización en Arte Dramático, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Y hace dos años se le nombró maestra emérita de esta institución.

       Para muchos, los nombres de los que alguna vez fueron sus alumnos hablan por si mismos: José Emilio Pacheco, José Luis Ibáñez, Luis Moreno, Juan García Ponce y Miguel Barbachano, entre otros.

       A la par de su obra como dramaturga y novelista, Luisa Josefina Hernández es también una reconocida traductora, enriqueciendo el panorama teatral y literario de México con texto de autores italianos, alemanes, franceses e ingleses.

       De manera paralela sus piezas han captado el interés de las editoriales internacionales especializadas en teatro, siendo traducidas al inglés, ruso, checo, polaco y alemán.

       Por si no fuera suficiente, Hernández domina media docena de lenguas y ha extendido su labor artística y académica a nivel internacional, además de que ha desarrollado una importantísima investigación teórica, realizando aportaciones originales, fundamentales para el análisis y la comprensión del drama.