Arnaldo Coen comparte su visión del mundo y del arte en la exposición Tiempo suspendido 05/octubre/2013 00:00 Artes plásticas y fotografía La exposición Arnaldo Coen. Tiempo suspendido reúne cuadros realizados con la técnica del wash y esculturas creadas a partir de maniquís que nunca habían sido mostradas en México, cuya referencia central es el torso femenino, así como dos cuadros de gran formato inspirados en la obra Batallas de San Romano, del pintor italiano renacentista Paolo Uccello. La muestra podrá ser apreciada a partir del 8 de octubre en la Biblioteca de las Artes, del Centro Nacional de las Artes. Para Arnaldo Coen la creación artística debe ser guiada por la búsqueda constante de temas provenientes de todas las épocas y estilos, sin establecer limitaciones ni fronteras. Ejemplos de su proceso creativo son presentados en la exposición Arnaldo Coen. Tiempo suspendido que será inaugurada el próximo 8 de octubre en la Biblioteca de las Artes del Centro Nacional de las Artes.La serie incluye la versión que el autor mexicano hizo de Batallas de San Romano, cuadro del pintor italiano del Renacimiento Paolo Uccello –a quien se le atribuye el desarrollo de la perspectiva en el arte– pero que fueron resueltos con una interpretación libre hecha por el autor mexicano.Además de estos dos cuadros de Arnaldo Coen, en esta ocasión se presenta obra gráfica y escultura cuyo tema de referencia es el torso femenino. En el caso de la segunda técnica, el autor trabajó sobre maniquís de desecho, a los cuales aplicó dibujos y figuras diversas, con la idea de despertar en el espectador la curiosidad o bien desbordar su imaginación para adentrarse en mundos nuevos.“Se trata de crear referencias sin fecha de caducidad ni limitadas por el tiempo o los estilos. En el caso de los cuadros basados en la obra de Paolo Uccello lo que hice fue desarrollar personajes provenientes de otros estilos, sí del renacimiento, pero vinculados a nuestra época, como el pop art o con técnicas posteriores a la perspectiva, como el cubismo, con las cuales se busca atrapar lo que existe entre el objeto y la mirada.“Se trató pues de romper con la idea de que vivimos con un tiempo lineal, sino que es simultáneo, y por ello fue que aborde la obra de este pintor italiano a través de la historia del arte. Uno de los elementos incorporados en mi versión es la densidad de la atmósfera, que en la época de este autor europeo no se utilizaba, pues se abordó hasta el surgimiento del impresionismo. Los personajes también fueron intercambiados, pues ahora parece más un aquelarre que una lucha, los míos son femeninos, relacionados con lo metafísico, con aquello que está más allá de lo material, lejos del concepto de la realidad concertadaâ€.Arnaldo Coen gusta de jugar con recursos como el “cadáver exquisitoâ€, o la escritura automática –que tomó del surrealismo– para asociar los personajes de estas piezas a un nuevo estilo, proveniente de la propia imaginación del pintor, quien comparó este proceso a la prueba Rorschach, técnica y método de psicodiagnóstico, que se utiliza para evaluar la personalidad. Ahora en vez de batallas se presenta una especie de aquelarre en el que participan mujeres en situaciones aleatorias entre los animales, la naturaleza, la atmósfera propia del cuadro para dar como resultado el dominio temático de la presencia de lo femenino.“Para esta exposición entonces el reto fue como unir el trabajo de esas piezas de gran formato con otras inéditas en México. La respuesta la encontré en la idea de ‘simular’ que esos personajes se salen del cuadro para vivir experiencias diferentes, en términos plásticos, me refiero a las técnicas usadas, para intervenir el espacio en el cual son colocadas las esculturas, los washes y la obra gráfica.“Así que esta muestra es una instalación, como lo son todas las exposiciones de cualquier época en que nos ubiquemos, pues insisto en que mi propuesta no se limita a un periodo de tiempo específico, es la experiencia del arte en sí, nacer a una nueva visión, que no es producto del pasado sino del presente. Es como cuando nacemos que no tenemos un concepto de la historia ni racional, sino sólo un fuerte deseo de aprender cosas. El entrar con contacto con el proceso de creación, como en la vida misma, debemos dejarnos llevar por nuestros instintosâ€.La obra de Arnaldo Coen correspondiente a las esculturas y los cuadros expuestos en Tiempo suspendido fueron presentadas por primera ocasión en una galería de Barcelona, España. Son producto de la constante búsqueda del autor tanto con temáticas que le interesen como con diversas técnicas y sus combinaciones.“Trato no de buscar un estilo, sino de dejarme ‘ser’, en el sentido de permitir que las cosas fluyan. Estoy convencido de que a todos los seres humanos se ha dado algo, por eso intento con mis obras compartir con el público lo que voy encontrando. Evidentemente hay un punto de partida, en este caso los cuadros de Paolo Uccello y los maniquís encontrados en un tiradero, pero lo demás es una intervención propia, con técnicas diversas, es un terreno libre, es ver a través del arte lo intangible… no es el deber ser, claro nos enriquecemos con la técnica y el oficio, una vez dominados ambos, se trata de dejarnos ser.“Somos los intermediarios de algo que no es dado, no me cabe duda de la existencia de un ente superior que guía a los seres humanos, a unos les permite ver ciertas cosas. Pero incluso al ver una obra somos creativos, el espectador tiene una función primordial, pues sin él es imposible cerrar el círculo de comunicación entre la expresión artística y su autor. El arte lo es todo, lo que nos puede salvar y lo ha hecho en cualquier época de nuestra historia, pues en este campo no hay fecha de caducidad, siempre está presente, los cambios se dan en la forma de expresarnos, sólo es esoâ€.