Invitan a tener una visión cabal de la obra de Pola Weiss

  • Cine y artes audiovisuales
Información: MAC
Comunicado No. 683/2010
10 de mayo de 2010

***En el Museo Carrillo Gil se llevó a cabo la jornada Cuerpo y tiempo. Recordando a Pola Weiss a 20 años de su muerte

***La creadora fue una de las pioneras del videoarte y el performance en México

A 20 años de que Pola Weiss se quitó la vida, alumnas, amigas y admiradores en general se reunieron este sábado en el Museo Carrillo Gil para realizar la jornada Cuerpo y tiempo. Reflexión sobre las aportaciones e influencias de Weiss en la producción visual actual, organizada por el Museo de Mujeres Artistas Mexicanas (MUMA), en colaboración con el Conaculta y el Instituto Nacional de Bellas Artes.

Durante los años setenta Pola Weiss fue considerada la artista de video más prominente de la escena mexicana, por pionera y por los temas de sus trabajos, constantes de principio a fin en su trayectoria: la vivencia del cuerpo femenino, la ciudad, las mujeres sometidas a fuerzas asfixiantes por la cultura androcéntrica.

     Pertenece a la generación de artistas e historiadoras que integraron la acción profesional en sus campos a los cuestionamientos vitales desde el feminismo, en un tiempo en el que simultáneamente se vivía la transformación social de la “liberación femenina” y los movimientos de reivindicación social de los años sesentas y setentas del siglo XX.

     Paola Weiss nació en la ciudad de México en 1947 y murió a los 42 años de edad. Algunos han propagado la versión de que su temprana muerte por suicidio es el tema de su último trabajo, en decir, que se quitó la vida ante una cámara; sin embargo, en los trabajos dedicados a su obra y aspectos biográficos esto ha sido aclarado y se ha borrado la posibilidad de algo que parece ser la deseada imagen de la muerte deseada.

     La jornada en memoria de Weiss consistió en haced runa revisión de sus videos más emblemáticos con los comentarios de Rita Eder, Hortensia Moreno, Magali Lara, Salvador Mendiola, Mónica Mayer, Ale de la Puente, Paola Esquivel y Débora Carnevali, además de un performance a cargo de las integrantes del Taller permanente de arte y género.

     En un texto que presentó en el Simposio Internacional de Teoría sobre Arte Contemporáneo 2010, la investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, Rita Eder, recordó que hace 30 años, cuando la vigilancia del cuerpo tenía otras características selladas por la represión envuelta en la censura, Weiss fue parte de un momento en el que surgieron nuevas estrategias visuales, accionales y discursivas que incidieron en descomponer las restricciones internas y externas sobre el cuerpo.

     “Pola Weiss estaba preparada para hacer videoarte y escribir sobre él. Había logrado transformar su aprendizaje televisivo en un medio independiente que contraviniera los recursos técnicos de la TV, lo cual a pesar de otros antecedentes la hizo la primera videoasta en la medida en que pudo desarrollar un corpus de imágenes e ideas que se dirigía a lo femenino desde diversos enfoques, como el psicoanálisis y la relación y el lugar de las mujeres con las categorías marxistas tan presentes en el ambiente universitario de los años setenta.

     “Weiss, de cuerpo atractivo, ojos grandes y largos cabellos, se sentía a la vez confiada y tensa ante la cámara. Hay una sensación de un documental permanente sobre ella misma. Ella danzando vestida y desnuda, ella en llanto, inerte frente a la cámara, casi una huella sobrepuesta al paisaje. Empieza a ocurrir algo después de muchas horas de observar sus videos autorreflejantes: cada vez sabemos menos quién es en la medida en que ésa no es su intención sino descubrir los límites de la cámara y de su autorreflexividad. Frente al otro que está y no está, la cámara es su espejo y su memoria”, señala Rita Eder.

     El poeta y antropólogo Salvador Mendiola se refirió a Pola Weiss como una mujer que fue capaz de hacer lo que quiso y de llevar su amada libertad hasta el punto más alto: quitarse la vida. “Es difícil documentar bien una vida como la de Pola Weiss, tan próxima en el tiempo y la geografía pero tan distante en la historiografía documental. Su suicidio hizo desaparecer muchas cosas. Mucha gente prefirió guardar silencio sobre ello, tratar de olvidarlo y olvidarla.

     “Veinte años son poco tiempo, según vemos  todavía hay mucha gente afectada por ello, mucha gente en proceso de duelo interminable, de ahí el mucho silencio que envuelve su historia”, señaló Mendiola.

     Aunque aún falta mucho por estudiar y difundir su trabajo, los participantes celebraron que su material fílmico se pueda consultar en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, así como en Internet, a través del canal de videos Youtube, lo que permitirá a las nuevas generaciones de videoastas conocer la obra de esta singular creadora.