- El evento reunió al público de todas las edades en el Centro Cultural del Bosque, con una programación de teatro, danza y música en espacios al aire libre y recintos cerrados
- Las propuestas La fábula del todo e Iris, una niña sin fin destacaron por su interacción con la audiencia y sus mensajes sobre la conciencia ambiental y el poder del pensamiento en la transformación de la realidad
Bajo la sombra de los árboles del Bosque de Chapultepec, entre el murmullo de las y los espectadores y el eco de los aplausos, el 17° Gran Maratón de Teatro para Niñas, Niños, Ninxs y Jóvenes transformó el Centro Cultural del Bosque (CCB) en un crisol de historias, emociones y aprendizaje. Durante dos días, el 15 y 16 de marzo de 2025, los distintos foros del CCB y el Jardín Escénico se llenaron de pequeños y grandes espectadores que, entre risas y asombro, se sumergieron en un universo teatral vibrante.
Desde temprano, familias completas llegaron a los espacios, algunas con loncheras en mano, listas para disfrutar de una extenuante jornada con funciones de teatro, danza, música y talleres. En las filas, la emoción de niñas y niños era evidente: "Nunca había venido al teatro, pero esto me encantó. Quiero ver otra obra", exclamó Daniel, de nueve años, tras salir de una función.
Las propuestas ofrecieron diversas experiencias: algunas con enfoques interactivos, otras con mensajes profundos sobre el medio ambiente, la educación y la percepción de la realidad. Las y los espectadores no solo presenciaron, sino que fueron parte de la magia escénica.
La fábula del todo: ciencia, consciencia y teatro en el Pabellón Escénico
Por ejemplo, el sábado 15 de marzo a las 16:30 h, en el Pabellón Escénico, rodeado por los sonidos naturales, se presentó La fábula del todo, una propuesta que combinó ciencia, filosofía y teatro para reflexionar sobre cómo nuestros pensamientos impactan la realidad.
La historia, situada en una preparatoria con alumnos desmotivados y un fantasma legendario, capturó la atención de los adolescentes, quienes rieron, reflexionaron y participaron en el desarrollo de la trama. "Fue muy buena, me gustó mucho. Primero fue como una comedia sobre lo difícil que es enseñar, pero luego se volvió existencial. Habla de cómo podemos cambiar la realidad, y eso es importante en este momento", comentó Ian, de 16 años.
El juego de luces y la música fueron aspectos destacados. "Se sintió como una experiencia muy extraña, diferente de la realidad. Normalmente todo es fijo, aquí todo se movía, cambiaba... me atrapó por completo", dijo Vania, también de 16 años.
Para muchos jóvenes, fue su primer acercamiento al teatro y, según comentaron, esperan que haya más funciones de este tipo a lo largo del año. "Yo vine por la escuela, pero me sorprendió lo buena que estuvo. Me encantaría que hubiera más obras así", aseguró Jasiel, de 17 años.
Iris, una niña sin fin: un viaje títeresco por la conciencia ambiental
La jornada también estuvo marcada por propuestas como Iris, una niña sin fin, que se presentó la mañana del domingo 16 de marzo en la Sala Xavier Villaurrutia. La pieza, protagonizada por títeres y objetos, construyó un universo visual lleno de matices en los que el teatro de figuras, la música en vivo y los juegos de luces sumergieron al público en una historia sobre el respeto a la naturaleza, el valor de la amistad y la defensa del agua.
El escenario se transformó con el uso de dibujos proyectados, sombras y cambios de iluminación que evocaban la transición de una comunidad rural a la caótica ciudad. La pequeña Iris, representada a veces por un caracol y otras por un títere de madera, emprendió un viaje para encontrar a su amigo Armandillo, un peculiar acordeón animado que adquirió vida propia.
A lo largo de su travesía, la protagonista descubrió los desafíos que enfrentan quienes luchan por la conservación del agua y el medio ambiente, mientras se invitó a las y los niños del público a participar en momentos clave de la obra.
Uno de los instantes emocionantes ocurrió cuando los espectadores, guiados por la narración, corearon: "El agua no se vende, se cuida y se defiende", en una representación simbólica de la resistencia de las comunidades ante la explotación de los recursos naturales.
"Fue una función especial porque tuvo una intérprete en Lengua de Señas Mexicana, lo que permitió que más personas pudieran disfrutarla", comentó Oliva Sánchez, espectadora de 47 años. "Me gustó mucho la interacción con el público y el mensaje sobre el agua. Ojalá hubiera más funciones así", añadió.
Por su parte, Josué de 6 años, salió entusiasmado y con una sonrisa de oreja a oreja: "No me gustó, me encantó. Tenemos que cuidar el agua y dejar que nuestros amigos sean libres", dijo al explicar lo que la obra le enseñó.
Una verdadera jornada maratónica
El 17° Gran Maratón de Teatro para Niñas, Niños, Ninxs y Jóvenes se vivió una vez más como una verdadera carrera por disfrutar de todas las funciones posibles; es una celebración organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Coordinación Nacional de Teatro, en conmemoración por el Día Mundial del Teatro para Niñas, Niños y Jóvenes, que se conmemora el 20 de marzo.
Con una programación de más de 30 obras a lo largo de dos días, dejó huella en las y los asistentes. "Estos eventos son maravillosos. No todo el mundo tiene acceso al teatro, y que sea gratuito lo hace accesible. Me encantaría que se hiciera más seguido", mencionó Marina, de 50 años.
En la presente edición, la programación se integró por obras las compañías nacionales de Teatro y de Danza, Puño de Tierra, Teatro del Gato, Astillero Teatro, Escuela Nacional de Danza Folklórica y la Orquesta de Cámara de Bellas Artes y Proyecto Perla, entre otras.
También, colaboraron UNICEF y Alas y Raíces para la realización de actividades que permiten el acceso a la cultura desde la infancia, por ejemplo, con la Sala de lectura “Leer tras bambalinas”, o el diálogo “Vestuario, luz y tercera llamada. Experiencia en escena”, que permitió a las y los infantes y jóvenes conocer junto al personal técnico del CCB cómo las luces, el vestuario y el sonido se unen para armar un momento teatral.
Se realizaron también talleres, funciones relajadas e instalaciones, como “Jenga gigante”, para reflexionar sobre la importancia de construir un futuro sólido para todas las infancias, y el “Árbol de los deseos”, donde las infancias pudieron dejar buenos mensajes para otras personas de su edad, dando un mensaje colectivo de esperanza y solidaridad.
Además, en Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Colima, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas se llevaron a cabo funciones para el público infantil y juvenil.
De esta manera, el Gran Maratón reafirmó el poder del teatro para generar comunidad, inspirar a nuevas generaciones y acercar el arte a todos los rincones. Durante un fin de semana, el Bosque de Chapultepec se convirtió en un escenario vivo, en el que cada rincón fue testigo de historias que, sin duda, quedaron en la memoria de quienes las vivieron.
"El teatro nos ayuda a imaginar, a aprender y a sentir. Ojalá siempre haya teatro para los niños", concluyó Thiago, de 7 años, mientras corría a la siguiente función.
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Información: VEC
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