Traición, de Harol Pinter, llega al Teatro Helénico dirigida por Enrique Singer

  • Artes escénicas
Información: JRA
Comunicado No. 216/2012
02 de febrero de 2012

***Conaculta, a través del Centro Cultural Helénico, presenta este montaje con propuesta multimedia a partir del 10 de febrero

La obra Traición, escrita por el dramaturgo inglés Harold Pinter, considerado como el autor más importante del siglo XX, comenzará temporada en el Teatro Helénico dirigida por Enrique Singer, con las actuaciones de Bruno Bichir, Juan Manuel Bernal y Marina de Tavira, quien además funge como productora. La pieza narra la historia de un triángulo amoroso entre dos amigos y la mujer de uno de ellos.

El director y el elenco dieron a conocer lo anterior en conferencia de prensa realizada este 2 de febrero. Conaculta, a través del Centro Cultural Helénico, anuncia que la temporada dará inicio el 10 de febrero.

Para esta ocasión, Enrique Singer incluyó elementos multimedia a este montaje en el que se narra  “una historia muy profunda porque la mentaría, la traición, la simulación y el engaño son parte de la condición humana.

“De lo que habla esta historia es de la consecuencias de estas prácticas cuando son llevas al nivel de un vicio. Para resolver este montaje, fue necesario respetar absolutamente los textos de Pinter, cuyo contenido permite hacer experimentos muy contemporáneos, como reunir el teatro y las artes visuales, con influencia del cine, que son utilizados en esta ocasión para desarrollar la historia. Es una aproximación personal que hice de la obra”.

Por otra parte, Singer dijo que el sentido de la traducción que se hizo del texto original, especialmente para esta ocasión, busca capturar las emociones y sensaciones planteadas por el autor.

Mientras que el trabajo con los actores tuvo que ser con un estilo contenido, pues los personajes son de una condición social alta, que los obliga a seguir cánones sociales estrictos.

“Ellos se encuentran en un ambiente aparentemente civilizado –detalló Singer-, por lo que sus acciones resuenan de manera violenta; entonces el aparente control de sí mismos convive con las emociones que se van generando dentro de ellos, de una manera sutil.

“Así que para este montaje, el reto que nos planteamos fue darle el volumen necesario para lograr eso, creo que hemos tratado de reflejar el momento preciso en el que tratamos de ocultar algo pero en realidad hay algo que crece dentro de ellos, esa es la verdadera obra de Pinter, es lo que nosotros asumimos como se debe leer a este autor”.

En su intervención, Marina de Tavira –quien interpreta a Emma-, dijo sentirse muy entusiasmada de volver a interpretar una obra de Harold Pinter, la anterior fue El amante. “Para mí el suyo es un teatro más figurativo que ambiguo, que encuentra en La traición el mejor ejemplo de lo que buscaba reflejar, por lo que resulta una experiencia muy profunda, tanto para nosotros como actores, como para el público”.

Bruno Bichir, interpreta a un editor de nombre Robert, marido de Emma; su amigo es Jerry. Es un editor de novelas contemporáneas, con las que tiene un conflicto, al mismo tiempo que con las relaciones de su esposa. Ama tanto a su carrera como a sus compañeros de vida y de trabajo, pero sabe que debe tomar una decisión que afectará a todos.

“Me parece una obra profundamente inquietante para ser interpretada –dijo Bichir-. Pero también muy rica en matices y posibilidades expresivas, que Singer, nuestro director, nos propuso trabajar como su estuvieran en un laboratorio teatral, una dinámica que seguramente continuará durante la temporada. Les aseguro que el público no podrá ni parpadear cuando la vea, pues Pinter es un autor que escribía para el público también”.

Juan Manuel Bernal da vida a Jerry: “Esta obra es para mí un sueño hecho realidad, he interpretado obras en mi carrera de autores muy importantes contemporáneos, pero no había tenido la oportunidad de que fuera una obra de Pinter.

“Me siento muy entusiasmado porque es muy difícil que como actor te lleguen a las manos textos así. Es un texto inteligente, perfecto en su estructura. Considero que es cierto que el autor no escribía sólo para los actores o el director, sino que lo hacía pensando también los espectadores”.