Auditorio Nacional

Reinaugurado el 6 de septiembre de 1991, tras una remodelación total de sus instalaciones, lo que le ubicó a nivel internacional como uno de los mejores centros de cultura y espectáculos, el Auditorio Nacional mantuvo una estrecha colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes.

En función de las directrices establecidas por el Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional, del cual forma parte el inba como fideicomisario, el Instituto contó con distintas fechas a lo largo de cada año para la programación de diversas actividades artísticas. Además, a partir de 1995, recibió la totalidad del Activo Circulante que generó el Fideicomiso a lo largo de cada ejercicio, deducida una tercera parte del Presupuesto de Gasto Corriente aprobado para el año siguiente por el órgano de gobierno.

Dichos recursos fueron aplicados en los distintos programas del inba, gracias a lo cual amplió los alcances de sus acciones. En ese sentido, en el marco del Comité Técnico, estuvo representado el conaculta y el propio Instituto, además de otras instancias del gobierno del Distrito Federal, lo que incidió en la orientación del quehacer del Auditorio Nacional.