En el marco de la política audiovisual integral que
desarrolló el Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes durante el periodo 1995-2000, los Estudios Churubusco
Azteca brindaron servicios de producción y posproducción
con estándares internacionales, gracias a un proceso
de modernización en su infraestructura arquitectónica
y tecnológica. De igual forma, se consolidó
el saneamiento financiero de la empresa, lo cual contribuyó
a fortalecer su papel dentro de la industria cinematográfica.
Con
la modernización física de los edificios y sus
instalaciones, la restauración y recuperación
de espacios para oficinas, camerinos y bodegas; la readecuación
acústica de los foros, y un programa intensivo de conservación
y mantenimiento aplicado durante los últimos seis años,
se consiguió transformar la imagen de los Estudios.
El
programa de reconversión tecnológica, por otro
lado, permitió la adquisición de equipos con
tecnología de punta para las áreas de laboratorio
y sonido, y la aplicación de programas permanentes
de control de calidad y capacitación del personal.
Gracias a lo anterior, se recuperó la confianza de
productores nacionales y extranjeros, lo cual se reflejó
en el notable incremento de películas procesadas durante
esta administración.
Los
Estudios Churubusco Azteca comenzaron a funcionar en septiembre
de 1945, al iniciarse la filmación de la película
mexicana La morena de mi copla, dirigida por Fernando
A. Rivero, en el único foro terminado de los doce que
se estaban construyendo.
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