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Un árbol bien plantado, la poesía de Octavio Paz: Juan Malpartida

02 de diciembre de 2014

  • Con la mesa Estrella de cuatro puntas cerraron las actividades en Homenaje a Octavio Paz, organizadas por la Dirección General de Publicaciones del Conaculta, en el marco de la 28 FIL de Guadalajara
  • Orlando González Esteva, Juan Malpartida, Brian Nissen y Christopher Domínguez Michael participaron en el encuentro en el que se recordó al autor de Piedra de Sol

Con la participación de los poetas Juan Malpartida y Orlando González Esteva; el artista plástico Brian Nissen así como del crítico literario e historiador Christopher Domínguez Michael concluyeron, la noche de este lunes, las actividades del Homenaje a Octavio Paz por el Centenario de su Natalicio, organizado por el Conaculta, a través de la Dirección General de Publicaciones (DGP), en el marco de la 28 Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

La mesa Estrella de cuatro puntas: el crítico de arte; el conversador; el poeta; la persona y la obra, moderada por el titular de la DGP, Ricardo Cayuela Gally, fue motivo de encuentro para que los amigos y colegas compartieran anécdotas sobre su relación con el ganador del Premio Nobel de Literatura 1990.

El encargado de abrir la charla con los asistentes a la FIL fue Christopher Domínguez Michael, quien consideró que “Octavio Paz en México fue una figura difícil de enfrentar porque era un hombre que estaba en todos lados, que tuvo iniciativas que fueron muy mal comprendidas por la sociedad mexicana, desde abrir la televisión para los intelectuales.”

Asimismo, recalcó que para realizar una comprensión cabal de la obra del escritor se tiene que combinar tanto su prosa como su poesía, y ello se puede ver en sus poemas más largos, como Pasado en claro, donde se encontrará que la memoria del escritor hace referencia a la memoria histórica.

Por su parte, Juan Malpartida ofreció un testimonio de las primeras veces que leyó la poesía de Octavio Paz, considerándola como un “árbol bien plantado” y una “guía lúcida de las estaciones de la vida”. Evocó la noche en que leyó Piedra de sol y la forma en que esa lectura cambió su vida.

“He leído muchas veces Piedra de sol, pero siempre he sentido un rumor que venía de la primera lectura de juventud”, expresó, y agregó que aunque Paz nunca fue muy confesional, “a lo largo de sus ensayos, entrevistas, pero sobre todo de su poesía, no dejó de expresar aspectos de su biografía sentimental, de su mundo emocional.” El escritor español destacó que la obra de Paz es única y que en sus poemas, “gracias a la metáfora, la realidad se alcanza a sí misma”.

El pintor y escultor Brian Nissen recordó que Octavio Paz vivió su vida con una curiosidad insaciable, y comparó a los ojos del poeta con un caleidoscopio o un prisma. Además destacó esa continua búsqueda del autor de El laberinto de la soledad para encontrar correspondencias y paralelismos entre la escritura, la pintura, la música y la danza.

La mesa cerró con el testimonio de Orlando González Esteva sobre su relación con Octavio Paz. El poeta nacido en Cuba citó parte de la penúltima conversación que sostuvo con el Nobel de Literatura mexicano. Un poco antes de que el autor de ¿Sol o águila? muriera le dijo: “Recuerde que la felicidad de un escritor no está en tener muchos lectores, sino en dos o tres amigos que lo lean con atención.”

Frase que, consideró, se convirtió en su amuleto para “protegerme de aspiraciones banales”. Entre sus evocaciones destacó que Octavio Paz lo incitó a ser fiel a sí mismo en una época en la que era exiliado de su patria, de su lengua y de los círculos literarios, invitándolo a ver a la poesía como su única patria asequible. Orlando González Esteva expresó “Octavio Paz cambió mi vida.”

ECV

México,Distrito Federal