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Tercer día del Congreso Internacional IBBY

La literatura es generosa y democrática porque nos permite ingresar a su universo: María Teresa Andruetto

12 de septiembre de 2014

  • Participa la escritora argentina con el tema La literatura como una casa hospitalaria
  • La literatura nos permite soñar y de eso saben mucho los niños, expresó el bibliotecario colombiano Bernardo Yepes 

La ganadora del Premio Hans Christian Andersen 2012, María Teresa Andruetto no habla de escribir sobre otros, sino de escribir desde otro, intentando entrar en su punto de vista, en su percepción del mundo, en su corazón.

Como parte de su participación en el 34 Congreso Internacional IBBY, la escritora argentina ofreció una conferencia magistral la mañana del viernes 12 de septiembre en la que reflexionó sobre la escritura a partir de sus propias experiencias e hizo un repaso por tres figuras de la literatura para niños, entre los que destacó Hans Christian Andersen.  

“El camino que propone la literatura es un camino de conocimiento de ese otro y la cosecha que obtenemos en la lectura consiste en salir de la indiferencia, porque al final de un libro quien escribe y quien lee queda en deuda con la complejidad de razones, intereses, virtudes y defectos de un otro diferente de sí, comprenden que ya no sería tan sencillo desentenderse de su existencia”.

En el caso de la escritura, María Teresa Andruetto destacó que cuando es verdadera se alimenta de la experiencia y de la conciencia de quien escribe, pues sólo de ese modo puede hacer crecer en ella misma y en quien lee, la percepción que la une a los otros para que los otros se vuelvan visibles.

“Todo niño o niña, todo joven, necesita de una comunidad que lo reconozca, necesita sentir que esa experiencia a la que puede acceder en la lectura hubiera podido ser la suya, experiencia y condiciones por las que podrían haberlo premiado o castigado”.

María Teresa Andruetto recordó que una parte importante de nuestra experiencia lectora proviene de la incomprensión, pues no entendemos del todo eso que vamos leyendo, por lo que un buen libro es aquel que nos propone esa dificultad.

En ese sentido criticó que en la actualidad muchos libros editados para niños y jóvenes están escritos en lenguaje y asuntos simplificados al extremo, en línea con lo oficial, lo congelado y lo esperable, evitándoles pensar, refirió María Teresa Andruetto.

“Leer es aprender a entrar en la vida y en la lengua –agregó-- así la literatura nos ofrece su misterio, porque nos abre a nuevas experiencias de contacto con el sufrimiento, el asombro, el dolor, el regocijo o la maldad, pero también nos da la curación a esos sentimientos”.

Destaco que la literatura es generosa y profundamente democrática, porque nos permite ingresar a su universo desde nuestra particularidad y encontrar un camino propio entre sus letras.

Sobre el lema del 34 Congreso Internacional IBBY, “Que todos signifique todos”, en el que se busca reflexionar en torno al lugar de la lectura en la construcción de una cultura incluyente, consideró que es en la intensa mirada a lo singular donde puede nacer la metáfora de un todo que vaya más allá de lo que estamos dispuestos a ver. La lectura, ¿una casa hospitalaria?

Luego de la conferencia magistral se llevó a cabo una mesa de diálogo en la cual el tema central fue La lectura como una casa hospitalaria, y se contó con la presencia del director de la Biblioteca Vasconcelos Daniel Goldin como moderador.

Durante su intervención, Jochen Weber, encargado de la Sección de Idiomas de la Biblioteca Internacional Jugendbibliotek de Munich, habló de la forma como el término “casa hospitalaria” se ha llevado a la biblioteca más grande de libros infantiles y juveniles.

“Me gusta mucho esa imagen de la lectura como casa hospitalaria, porque para mí la literatura es una casa, pero no un inmueble normal, sino un poco mágica con muchas habitaciones, distintos colores, tamaños y muebles”.

Por su parte, el bibliotecario colombiano Luis Bernardo Yepes aseguró que la lectura sí es una casa hospitalaria en la que están todos los posibles elementos para que el visitante se sienta bienvenido.

A diferencia de ellos, la poeta María Baranda consideró que el término  se vuelve una visión domesticada y encerrada, por lo que la literatura la percibe como un paraje abierto que proporciona una sensación de libertad. “La literatura –expuso-- nos permite soñar y de eso saben mucho los niños, puede convertirse en una manera de escape”.

El ilustrador argentino Gustavo Ariel Rosenffet, mejor conocido como Gusti, compartió con los asistentes la forma en que ha hecho de la ilustración una casa hospitalaria y mencionó el caso del proyecto del libro Malko y papá, en el que narra su experiencia como padre de un niño con síndrome de Down.

“Es un libro que funciona como una casa hospitalaria en la que se percibe el poder de la familia, la música y la importancia de escuchar a los niños”.

CGP

México,Distrito Federal