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Aproximadamente 50 mil personas acuden al Palacio de Bellas Artes a despedirlo

Gabriel García Márquez, escritor capaz de desentrañar la esencia de América Latina y proyectarla al mundo

22 de abril de 2014

  • En ceremonia encabezada por los presidentes de México y Colombia, intelectuales, políticos y artistas acuden a dar el último adiós a quien imaginó  Macondo
  • “Ha partido un hombre verdaderamente grande, pero se queda con nosotros su obra”, señaló el presidente Enrique Peña Nieto
  • Fue el continuador y renovador de la tarea literaria cervantina: Rafael Tovar y de Teresa

Aproximadamente 50 mil personas acudieron este lunes al Palacio de Bellas Artes a despedir al hombre que imaginó Macondo: Gabriel García Márquez, cuyas cenizas fueron expuestas al público antes y después de la ceremonia donde se le rindió homenaje por parte de los presidentes de México y Colombia, Enrique Peña Nieto y Juan Manuel Santos, quienes lo reconocieron como uno de los hombres verdaderamente grandes, capaz de desentrañar la esencia y la identidad de América Latina, y proyectarla al mundo entero.

Ante intelectuales, políticos, artistas, amigos y familiares de Gabriel García Márquez, el Presidente de México describió al escritor colombiano que radicó en México  por más de cinco décadas hasta su muerte, como el novelista que llevó a varias generaciones a soñar, deleitarse y encontrar respuestas a preguntas de la vida, en sus historias y relatos.

Además, destacó que a través de sus obras y sus ideas, Gabriel García Márquez luchó por América Latina, pues colocó a la literatura latinoamericana a la vanguardia de la literatura mundial, por lo que, “si quisiéramos personificar a Latinoamérica con un símbolo de emoción, generosidad y grandeza, Gabriel García Márquez sería una figura ideal”.

El Presidente Peña Nieto recordó que García Márquez eligió a México como su hogar durante más de cinco décadas, y que por ello los mexicanos lo quisimos y lo habremos de querer siempre. “Hoy unidos Colombia y México, le rendimos un solemne homenaje desde el Palacio de Bellas Artes. Lo despedimos con la alegría de su vida y con la emoción de sus libros, convencidos de que se queda entre nosotros”, dijo.

El mandatario de Colombia, Juan Manuel Santos, indicó que asistía en representación de más de 47 millones de colombianos para dar el último adiós al “más grande colombiano de todos los tiempos”. Asimismo, agradeció que la despedida a Gabo se hiciera en un escenario tan majestuoso, rodeado de los murales de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo y José Clemente Orozco, pues dijo, son marco apropiado para un hombre que incorporó en sus obras la esencia misma del ser latinoamericano, y muy especialmente, del ser caribeño.

“México y Colombia, hermanadas por tantos  motivos, nos unimos otra vez en esta ceremonia de afectos, porque Gabo era, ante todo, una persona de afectos. Nos reunimos para rendir homenaje a quien un día de diciembre de 1982, desde la gélida Estocolmo, impactó al mundo al hablar de la soledad de América Latina. Gabo dijo,  al recibir el Premio Nobel de Literatura, que nunca es demasiado tarde para creer en la utopía, una nueva y arrasadora utopía de la vida donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad”, indicó el presidente colombiano.

En su oportunidad, el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa reconoció a García Márquez como un hombre feliz que tuvo tres patrias: Colombia, México y el idioma español. “Esos territorios, que tienen mucho que ver con la imaginación pero también con las raíces que uno echa en el periplo de una vida, ya pueden reclamarse como patrimonio de la humanidad”.

Tovar y de Teresa equiparó a García Márquez con portentosos escritores del siglo XIX como Tolstoi, Dostoievski, Gogol y Chéjov, porque como ellos lograron que la cultura de Rusia se volviera universal, el Gabo encabezó una generación de autores que a través de escribir la historia de su aldea, hicieron que la literatura de América Latina se volviera universal en el siglo XX.

“Celebramos al escritor que siempre tuvo presente su infancia, ese gran asombro de ojos desorbitados de la realidad que vivió de niño y que jamás se fue. Celebramos que sus recuerdos hayan sido atizados por la invención o motivados por ella. Celebramos que haya absorbido con asombro, y con talento de artesano, la cultura (alta y popular) que lo rodeaba. Y celebramos su curiosidad voraz. De ahí que su obra sea aplaudida por el público y por la crítica, en la plaza popular y en el aula erudita”, expresó el titular del Conaculta.

Ejemplificó que la novela Cien años de soledad ha rebasado ya por mucho el millón de ejemplares vendidos, lo cual subraya nuestra hambre de leer historias en las que nos reconozcamos, pero también que Macondo es ya parte de nuestra conversación cotidiana, de nuestros sueños y esperanzas, de nuestras vidas reales. “Macondo es ya parte de la cultura popular. Algo que sólo había logrado Cervantes con el Quijote. García Márquez es el continuador y renovador de la tarea literaria cervantina”, puntualizó.

MAC

México,Distrito Federal