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VIGÍAS VERACRUZ

15 de febrero de 2018

Tlacotalpan, entre ríos y candelas

Lic. Cristina Tejeda

El 2 de diciembre de 1998 Tlacotalpan (en náhuatl "tierra entre las aguas") fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial, en la categoría Ciudad Histórica. Esta ciudad veracruzana fue fundada por europeos en el siglo XVI a la orilla del río Papaloapan. Su gran valor histórico y cultural se encuentra en que hasta el día de hoy ha preservado gran medida su traza original, sus casas tradicionales de un solo piso y portales, sus colores, sus árboles, sus aromas y sobre todo la combinación de ciudad caribeña con características españolas.

Una de las fiestas que dan vida y reconocimiento a esta ciudad es sin duda, la Fiesta de la Candelaria, la cual tiene antecedentes prehispánicos, ya que en principio se veneraban a la deidad azteca Chalchiuhtlicue, diosa de los lagos y mares y considerada protectora de la navegación. Con esta deidad se hacía un paseo por el río con el fin de bendecir las aguas para mejores cosechas y pesca. Durante la evangelización de los indígenas por parte de frailes españoles de la orden de San Juan de Dios, se trae de Barcelona, España, a la, dando como resultado la celebración de la luz o de las candelas. Fue así como Tlacotalpan quedó protegida, por la Virgen de la Candelaria.

Durante la fiesta de la Candelaria, los habitantes realizan una gran celebración que da inicio el último día de enero con el desfile de las mojigangas, el encuentro de jaraneros y decimistas (a finales del siglo XVI el poeta Espinel estableció la estructura de rimas de la décima), las cabalgatas, el baile popular, la comida y un gran recorrido con la imagen de la Virgen de la Candelaria por las principales calles del pueblo llegando hasta el muelle, en donde la espera una canoa decorada con flores para dar inicio a la procesión a través del río Papaloapan.

De entre las vistosas calles y anchas avenidas de Tlacotalpan sobresalen la Parroquia de San Cristóbal, (1812) el Palacio Municipal (s. XIX), el Templo de la Candelaria (s. XVIIl) y el Teatro Nezahualcóyotl (s. XIX), que aún conserva su planta de herradura. Los lugares más emblemáticos son las orillas del Río Papaloapan y la Plaza de Armas.