Christa Cowrie

  • Ko Morubushi
  • Pilar Medina
  • Rosa Romero
  • Hombre Plátano, La Merced, D.F.
  • Mujeres mayas en un nixtamal, Yucatán
  • Indígena tarahumara cargando hojas secas de maíz, Chih.
  • Restaurador de arte sacro, Tlaxcala
  • Pizcadora de algodón, Sonora
  • Refugiada guatemalteca en Chiapas
  • Niña purépecha, Michoacán
  • Indígena otomi, Paseo de la Reforma, D.F.
  • Refugiada guatemaltca en Chiapas
  • Catador de pulque, Llanos de Apan, Hidalgo

Semblanza


Christa Cowrie nació en Hamburgo, Alemania, en 1949. En 1969 viajó a la Ciudad de México donde radica desde entonces. Estudió fotografía con el maestro Lázaro Blanco en la Casa del Lago, e inició sus actividades profesionales con ensayos fotográficos en el diario Excélsior en 1975. Formó parte del grupo de periodistas fundadores del periódico unomásuno en noviembre de 1977 y durante 12 años, cubrió la fuente política y realizó reportajes especiales y de documentación social en todo el país y en el extranjero. En 1989, junto con Patricia Cardona, creó el suplemento Dos mil uno, de salud y ecología, pionero del periodismo ecológico en México, donde fue coordinadora gráfica hasta 1995. A partir de ese año y hasta mayo del 2002 trabajó para la sección de Cultura y para el suplemento Sábado del diario unomásuno.

En el verano del 2002 cerró un ciclo de un cuarto de siglo de trabajar en el citado periódico y se inició como colaboradora en el semanario Vértigo.

Es especialista en fotografía de artes escénicas por lo que ha sido contratada por el Centro de Investigación, Documentación e Información de la Danza "José Limón" (Cenidi-Danza) y por el Centro de Investigación del Teatro, del Instituto Nacional de Bellas Artes, para realizar los registros gráficos de las coordinaciones de investigación. Ha sido responsable de la imagen de las exposiciones elaboradas por estos centros. Entre las más importantes se encuentran: Pasos en la historia (un siglo de la danza mexicana) y De los códices prehispánicos al posmodernismo (cinco siglos de danza mexicana). Es fotógrafa oficial del Festival Internacional Cervantino desde el 2002.

Ha participado en más de 65 exposiciones colectivas e individuales en foros como el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno, el Museo de Arte Carrillo Gil, el Museo del Chopo, el Museo de San Carlos, el Centro de la Imagen y el Centro Nacional de las Artes, así como en las muestras del Consejo Mexicano de Fotografía. Ha expuesto internacionalmente en Estados Unidos, Canadá, Cuba, Venezuela, Brasil, Italia, Francia, Eslovaquia, Eslovenia, Polonia, Costa Rica y Alemania, su país natal, donde ha expuesto individualmente siete veces en diferentes ciudades. En el año 2000 efectuó una exposición individual en la embajada de México en Austria y el año siguiente en Bratislova, Eslovaquia.

Sus fotografías se han publicado en decenas de periódicos y revistas, tanto nacionales como extranjeros: unomásuno, La Jornada, Proceso, Time Magazine, The New York Times, UPI, Kiosco, Le Press, La Gaceta de Sedesol, Excélsior, Fotozoom, Newsweek, Wisconsin Journal, Revista UNA, Revista X, Vive México, Clío, The News, Memoria de Papel, The Boston Globe, Media Link, Sacbé, Rino, Educación Artística, Demos, Macrópolis, Arqueología Mexicana, Zona de Danza, History of Photography, Tierra Adentro, Desarrollo Sustentable, Revista Universidad de México, Viceversa, Vértigo y Paso de Gato, así como en diversas revistas y periódicos de Alemania.

Exhibiciones

1977, Primer Simposio Centroamericano de la Mujer, Museo Carrillo Gil, México D.F.

1978, Colectiva del Consejo Mexicano de Fotografía, México D.F.

1981, Segundo Coloquio Latinoamericano de Fotografía, Palacio de Bellas Artes, México D.F.

1981 Exposición sobre la danza, Museo Universitario, UNAM, México D.F.

1982 Antropología Visual, Casa del Lago, UNAM, México D.F.

1982 Antropología Visual, FONART, México D.F.

1982 Tres visiones sobre danza, Galería del Ballet Teatro del Espacio, México D.F.

1982 Los refugiados guatemaltecos en México, exposición itinerante: San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez , Chiapas; Villahermosa, Tabasco.

1983 Los refugiados Guatemaltecos en Chiapas, Consejo Mexicano de Fotografía, México D.F.

1983 La fotografía como fotografía, Museo de Arte Moderno, México D.F.

1983 Solidaridad con Centroamérica, Museo de las Intervenciones, México D.F.

1983 Segunda Expresión de Arte Contemporáneo, Galería del Ex Convento del Carmen, Oaxaca.

1983 Las Fronteras de México, Museo del Chopo, México D.F.

1984 Los artistas celebran a Orozco en Bellas Artes, México D.F.

1984 Cuarenta Artistas Contemporáneos, Galería Metropolitana, UAM, México D.F.

1984 Los refugiados guatemaltecos en Chiapas, Alianza Francesa, San Ángel, México D.F.

1984 3 visiones, 3 fotógrafos, Galería Orozco, INBA, México D.F.

1984 Cultura Obrera, Museo de Culturas Populares, México D.F.

1984 Ciclo de danza, Foro Coyoacanense, México D.F.

1984 Fotoperiodismo, Museo de la fotografía, México D.F.

1989 150 años de fotografía, Proyecto de Galerías Privadas, México, D.F.

1989 20 fotógrafos, Museo de San Carlos, México D.F.

1991 Unomásuno, innovador del periodismo gráfico y escrito en México, exposición itinerante por las capitales de los principales estados de México. Inauguración: Bosque de Chapultepec, México D.F.

1991 14 años del Unomásuno, Quinta Colorada del Bosque de Chapultepec, México D.F.

1991 Mujer X mujer, Museo de San Carlos, México D.F.

1992 14 años del Unomásuno, jardín Borda, Cuernavaca, Morelos.

1993 Grabadores y fotógrafos, Galería del Salón de la plástica Mexicana, México D.F.

1993 Mi país, oh mi país, Fotoseptiembre, Antiguo Colegio de Cristo, México D.F.

1993 44 Aniversario de la plástica mexicana, Museo de Bellas Artes, México D.F.

1993 Sí por Cuba, Galería de la UAM, México D.F.

1995 Un granito de Arena, Colegio de cristo, Expo-venta, México D.F.

1996 La mirada inquieta: 20 años de fotoperiodísmo 1976-1996, Centro de la Imagen, México D.F.

1996 Entornos del Estado de México, Toluca, Estado de México.

1996 Setenta lunas, manifestación femenina de la plástica mexicana, Sala de Exposiciones del Centro Médico Nacional Siglo XXI, México D.F.

1996 Lo mejor de los mejores, Teatro de la Danza, México D.F.

1996 Iconografía de Guillermina Bravo, Centro Nacional de las Artes, México D.F.

1997 Los viajes metropolitanos, Colección fotográfica de la UAM, México D.F.

1998 Exposición individual sobre danza de los cincuenta años del Ballet Nacional de México, Querétaro.

1998 Generación e los 50s, Centro Cultural Veracruzano, México D.F.

1999 Pasos de la Historia, exposición sobre la danza del siglo XX, Centro Nacional de las Artes, México D.F.

1999 Cincuenta años del Salón de la Plástica Mexicana, México D.F.

2000 Secretos del Corazón, Salón de la Plástica Mexicana, México D.F.

2000 Expo Danza 2000, De los códices prehispánicos al postmodernismo, Centro Nacional de las Artes, México D.F.

2000 Ecos de México, Embajada de México, Viena, Austria.

2001 Ecos de México, Embajadas de México, Polonia, Bratislava, Eslovaquia, Eslovenia.

2001 Foto homenaje a Guillermina Bravo, Centro Cultural Veracruzano, México D.F.

2002 Manuel Álvarez Bravo, el rostro desconocido, Museo del Chopo, México D.F.

2002 Homenaje a Juan José Arriola, Casa del Lago, México D.F.

2003 Celebrando la danza, Torre de Investigación, Centro Nacional de las Artes, México D.F.

2003 Fotografía de Christa Cowrie, Universidad Véritas, San José, Costa Rica.

Premios

2 premios Kinsey

Notas periodísticas


Fundadores unomásuno
Entrevista con Christa Cowrie

unomásuno es una gran escuela de fotoperiodismo reconocida en todo el gremio. "La confianza que hay en un reportero gráfico es la de un ser con conocimientos, cultura y que esté informado, porque tiene que traer una foto con peso, con las máximas características de interés para el lector", afirma Christa Cowrie. Fundadora de este diario y de su departamento de Fotografía, actualmente prefiere el área cultural, especialmente la de foto de danza, "porque ahí te obligas a estar listo, emocional y físicamente, para hacer click en el momento preciso", considera.

Su nombre viene de un caracol –cauri—y se lo puso para firmar como fotógrafa personal, "porque mis apellidos de soltera y casada fueron muy difíciles".

Comenzó su actividad profesional hace 22 años, como freelance, en Excélsior, de donde pasó a formar parte del grupo de fundadores de unomásuno.

Así, en los primeros 12 años de vida del diario, cubrió el área de Información General –menos Policía y Deportes--; luego participó en la fundación del suplemento 2001. Actualmente cubre la fuente cultural.

Christa se ha especializado en la fotografía de danza, porque considera que con su trabajo se da un suplemento, un estímulo a la creatividad artística, además de que es un ejercicio para reaccionar en el instante preciso.

Originaria de Alemania y radicada en México desde 1963, dice que esta actividad le ha valido la publicación de su trabajo en pósters, libros y haber montado algunas exposiciones, porque, dice, "nadie se ha querido apasionar tanto como yo".

unomásuno le ha dado muchas satisfacciones, reconoce, porque "estar en un periódico, verlo nacer, participar con él desde un principio ha sido maravilloso".

Y es que el diario ha sido una escuela para ella, donde ha encontrado excelentes amigos que, en lugar de darle algún problema le han dado mayores satisfacciones.

Tlalpan
Las fotos fijas
Por Angel Mercado

La foto en primera plana de Christa Cowrie lo resumía todo. Al frente se miraba una señora sosteniendo sobre su cabeza un gran letrero manuscrito que decía ¡Queremos agua y demás servicios! Detrás de ella, en segundos, terceros y cuartos planos, como si se tratara de un puñado de masas populares arrancadas de un mural –de esos que decoran las paredes de los edificios públicos –, se advertían varios rostros morenos cortados por otros de semejante tonalidad, pero con rasgos de niño, unos, de mujer adulta, otros, de jóvenes o de ancianos los demás. El efecto de perspectiva era casi perfecto. Lo era también el puñado de masas populares: las había de todas las edades.

Sin embargo, más elocuente que lo anterior eran las expresiones de ira en esos rostros morenos. Desmesurada expresión, se dirá, si se atiende al contenido del letrero en primer plano (¡Queremos agua y demás servicios!), pero no lo es si esta demanda es remitida a una historia de explotación y engaños que conocen los habitantes de pueblos y colonias populares de Tlalpan desde hace décadas. Mismo plazo en que han sido testigos de la construcción abundante de hoteles de paso y residencias de lujo, o de caballerizas particulares, o de Reino Aventura, o el exclusivo Moyers Country Club, o el Casino Pedregal del Ajusco, o el fraccionamiento Tlalpuente, o los Jardines de Xitle o Forest Hills, o Fuentes del Pedregal. Con todo, a juzgar por las evidencias, ha sido en la administración reciente del delegado Ernesto Gonzáles Aragón cuando han arreciado las políticas para reclasificar los usos del suelo en Tlalpan. Beneficiando a los menos, perjudicando a los más. No en balde se pedía la destitución del titular de Tlalpan, que ha sabido combinar sus tareas administrativas con la organización de magnos festivales de caballos y globitos de colores.

No son desmesuradas las expresiones de ira, pues, cuando las dibujan en sus rostros 2 mil colonos plantados codo a codo frente a las oficinas de la delegación Tlalpan. Menos desmesuradas resultan si se les obliga a permanecer en la intemperie por espacio de doce horas, en espera de ser recibidos por el delegado. ¡Doce horas! Allí estuvieron los habitantes de pueblos y colonias populares de Tlalpan desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche, esperando a ser recibidos por los burócratas. Los mismos que unas horas más tarde ofrecieran una recepción con estudiantinas al candidato del PRI, Miguel de la Madrid. Los mismos que se vieran obligados a traer –acarrear- de otras delegaciones a colonos, taxistas y locatarios de mercados para cumplir con el rito de la consulta popular en el centro de Tlalpan.

En un mitin celebrado al día siguiente del plantón, tuve oportunidad de conocer la opinión de uno de los colonos que había sido encargado de elaborar con otros una evaluación del acto. Su nombre me lo reservo, pero ahí está la foto de Christa Cowrie para dar fe de la veracidad. Decía mi entrevistado que el número de asistentes alcanzó en uno de sus momentos a tres mil colonos provenientes de 16 colonias y pueblos de las partes altas de Tlalpan.

"Decidimos manifestar masivamente nuestro repudio a la política urbana de Tlalpan –dijo-. Estamos cansados ya de promesas y actos represivos contra nuestras familias. Venimos a exigir agua en primer término, por la gravedad del asunto en nuestras colonias y pueblos. Pero también exigimos la instalación definitiva –sin chantaje- de los demás servicios públicos, además de la regularización en la tenencia de la tierra. Nos hemos propuesto detener los desalojos y encontrar soluciones que no terminen por perjudicarnos, como es el caso ahora con los programas de remodelación y reacomodos.

"Si no se nos atiende –decía- exigiremos más tarde la destitución del delegado. (Al término del plantón las autoridades de Tlalpan convinieron por escrito una serie de medidas en relación con los servicios públicos). Reconocemos en las iniciativas del delegado una parte importante de las políticas que nos afectan, y a eso obedece nuestra presión sobre su persona. Pero la nuestra, la de los colonos, no solamente de Tlalpan, es ya una lucha de masas contra los que nos oprimen desde el Estado o desde la impersonalidad de la Banca.

"En Tlalpan no hay propiamente una industrialización de la cual se hayan desprendido las dos clases fundamentales. No obstante, la política urbana nos reprime de la misma manera que sucede en los barrios propiamente obreros. En Tlalpan el origen de la represión urbana es la tierra, luego los servicios públicos. La indefinición de la primera ha dado lugar a derechos creados por parte de los colonos, luego de transcurridos muchos años, pero también ha dado lugar a la intervención del Estado a través de reglamentos, programas de inversión pública y planes de dirigir los procesos de urbanización. Detrás de todo, sin embargo, se encuentra velada una verdadera lucha de clases, entre capitalistas inmobiliarios, Estado y burgueses con residencias de lujo o burdeles, y los demás, que somos colonos, obreros o incluso campesinos todavía".

La foto de Christa Cowrie lo resume todo. Una política urbana represiva y encima doce horas de plantón, encabronan a cualquiera.

Cowrie, cazadora del movimiento plástico
Por Claudia Silva

Cuando aprieta el gatillo de su cámara fotográfica, Christa Cowrie es implacable. No descansa hasta sentir que la energía y la fuerza de los bailarines que retrata se refleja en sus imágenes. Pocos fotógrafos mexicanos se dedican a la fotografía de danza. La razón, explica Cowrie: es imposible vivir de ello. Hace 24 años, la fotógrafa alemana comenzó a realizar la "radiografía visual" del quehacer dancístico en México. Junto a Patricia Cardona, investigadora del Centro de Investigación, Documentación e Información de la "Danza José Limón" (CENIDI) y aunado a su trabajo como reportera gráfica, Cowrie decidió que era tiempo de hacer un recuento fotográfico de la danza mexicana.

De las imágenes que comenzó a tomar en esos días surge la exposición que se inaugura esta noche, la cual le rinde homenaje a la coreógrafa veracruzana Guillermina Bravo, quien a su ochenta años no ha parado de trabajar con el Ballet Nacional de México (BNM), compañía con la que ha montado 57 coreografías.

Cowrie, cuyas fotografías se pueden apreciar en libros como La nueva cara del bailarín mexicano, de Patricia Cardona, e Historia Oral de Guillermina Bravo, del investigador César Delgado, explica que la exposición intenta compartir con el público los instantes que hacen de la danza un espectáculo mágico.

Al respecto, Patricia Cardona, señala: "Cowrie es una incansable cazadora de secretos dinámicos. El repertorio de expresiones captadas por su cámara es infinito. Pocos fotógrafos del cuerpo en movimiento vuelan a la velocidad del giro como lo hace Christa. Y así le salen fotos: impregnadas de energía, empuje y propulsión. O por el contrario, son confesiones de misterios que sólo la experiencia artística desentraña."

La fotógrafa, dice Cardona, tiene el privilegio de registrar el instante en que la energía de la danza, hecha metáfora, juega en el espacio. Por lo tanto, la exposición es, a su vez, un homenaje a esos instantes apasionados de la vida escénica de Bravo y su ballet.

Así, en la muestra conformada por 50 fotografías no sólo se observa a Guillermina Bravo montando una obra, sino también a los propios bailarines que se lanzan al escenario con piruetas que parecen desafiar la gravedad. Ella misma estudió danza con esta compañía y sabe de la estética del bailarín.

"No se trata de la realización de un registro histórico ni de una cronología de la trayectoria de Guillermina Bravo o del Ballet Nacional de México. Más bien es la selección de los mejores encuentros entre la danza y la lente de la fotógrafa, quien desde 1979 ha registrado la vida y obra de este colectivo. Las 50 fotografías de esta exposición son el resultado de su propia danza interna. Christa reconoce el impulso del bailarín", comenta Cardona.

Por su parte, Cowrie explica que la fotografía que ha practicado por tanto tiempo, la cual centra su atención a la actividad dancística le ha ayudado a entrenarse visualmente. "Se trata de un proceso de entrenamiento visual en el que la emoción siempre está alerta", señala al respecto.

La bruja de la danza

A Guillermina Bravo la han llamado la "Maestra de la danza" o "la Bruja". Es una de las tres únicas personalidades de la danza que han recibido el Premio Nacional de Artes.

Nació un 13 de noviembre de 1920 en Chacaltianguis, Veracruz. Dice que con la danza ha firmado un pacto sellado que sigue dando frutos a sus 80 años. La coreógrafa no piensa en el retiro. Al contrario, piensa continuar.

En una entrevista publicada el año pasado dijo: "Uno no puede retirarse de la danza, porque la danza es uno, vive con uno, es uno mismo".

Su labor como coreógrafa ha sido vasta. En total ha creado 57 obras que ha montado con el Ballet Nacional de México, compañía que ella fundó.

Desde abril de 1991, la autora de El Zanate, Fuerza motriz y Recuerdo de Zapata, entre muchas otras coreografías, llegó a Querétaro para sentar las raíces del Centro Nacional de Danza Contemporánea, que agrupa al Ballet Nacional de México (BNM) y al Colegio Nacional de Danza Contemporánea.

Se le distingue como la introductora en México de las técnicas de la coreógrafa estadounidense Martha Graham de Nueva York, y que todavía utiliza el Ballet Nacional de México.

Ahora, con motivo del 470 aniversario de la Fundación de Querétaro, el ayuntamiento de la ciudad le ha hecho entrega a la maestra Guillermina Bravo de la presea "José Ignacio Ruiz Calado" por su contribución al desarrollo cultural de la entidad.

El Ballet Nacional de México se presentará a partir del jueves próximo en el Palacio de Bellas Artes con una temporada integrada, tanto por las coreografías creadas por la propia Bravo como por creadores como Luis Arreguín y Jaime Blanc. Se trata de una serie de obras que hacen una reflexión en torno a la violencia existente en la sociedad contemporánea.

Milenio Diario, Martes 31 de Julio de 2001.