"Celebrarán los 50 años de la publicación de ""Visión de los vencidos"""
" Comunicado Núm. 672 ***Con la presencia de Miguel León Portilla se conmemorará la primera edición de 1959 ***Ha sido reeditada en 29 ocasiones y traducida a más de 15 idiomas Han transcurrido poco más de cinco décadas desde que Miguel León Portilla decidiera, impulsado por su mentor el padre Ángel María Garibay, aprender el idioma náhuatl para estudiar los antiguos códices precolombinos, en los que logró entrever una serie de relatos en torno a la conquista española elaborados por los sometidos. Tras los primeros esbozos comprendió que los manuscritos poseían el espíritu de la derrota y decidió realizar el estudio que ahora es un paradigma: Visión de los vencidos. El libro publicado en 1959, forma parte de la colección Biblioteca del Estudiante Universitario, y con motivo del cincuentenario de su primera edición, Conaculta; el Instituto Nacional de Antropología e Historia; la Universidad Nacional Autónoma de México y el Colegio Nacional, realizarán un acto conmemorativo con la presencia del propio Miguel León Portilla, que tendrá lugar en el Museo Nacional de Antropología, el jueves 25 de junio. Visión de los vencidos es para su autor una circunstancia especial, porque halló en los relatos una primera voz que exclama “y todo esto paso con nosotros, nosotros lo vimos, nosotros lo admiramos, con esta lamentosa y triste suerte nos vimos angustiados”, a partir de entonces fue develando e integrando un corpus para conformar esta obra, que en esencia, dice el filósofo, trata de “dar rostro a los que no lo tenían”. El investigador emérito de la UNAM, refiere que de lo cientos de documentos que consultó, hay en ellos un criterio humanista, no de los conquistadores, sino de los hombres que vinieron posteriormente, como Motolinía, Olmos, De las Casas, Sahagún, quienes se dieron a la tarea de conjuntar testimonios nahuas y mayas, por ello la Visión de los vencidos representa las relaciones indígenas de la Conquista. Entre los manuscritos consultados de desigual importancia, antigüedad o extensión, pero suficientes para estudiar los rasgos característicos de la imagen que se formaron los cronistas acerca de la Conquista y que sirvieron para conformar el libro son: La relación anónima de Tlatelolco, La relación de Fray Bernardino de Sahagún, códices pictográficos como el Florentino, el Aubin y el Ramírez y el Lienzo de Tlaxcala, entre otros tantos que dieron forma a esta obra, comentó el historiador. Por otra parte, León Portilla considera que entre las principales aportaciones de su texto están el concepto de “el otro” o como le dicen algunos “la otredad”, ya que hasta antes de 1950 sólo se conocían los manuscritos con la versión de los conquistadores a través de Las cartas de relación (Cortés) o La historia verdadera de la Conquista de la Nueva España (Díaz del Castillo). Así que este estudio muestra desacuerdos y contradicciones de vencedores, señaló. Entre las páginas del libro se pueden encontrar, como parte de las relaciones del suceso histórico: Presagios funestos sobre la venida de los españoles, La llegada a Tlaxcala y Cholula, La actitud psicológica de Motecuhzoma, La llegada de los españoles a México-Tenochtitlan, La Matanza en el Templo Mayor, La noche triste, entre otros; así como una serie de reproducciones fieles de las ilustraciones documentales, pinturas y dibujos de procedencia indígena, elaboradas por Alberto Beltrán. Miguel León Portilla, relata con viveza y de memoria su apartado especial Cantos tristes de la conquista, donde reposa el sufrimiento y dramatismo de los pueblos conquistados. Recita: “los caminos yacen dardos rotos, los cabellos están esparcidos, enrojecidos están sus muros”. Cuenta, que en un seminario donde estudiaban su obra, uno de sus estudiantes dio ese concepto de “otredad” a la Visión de los vencidos, puesto que las relaciones contenidas en las páginas del libro son un esfuerzo para comprender quienes eran esos hombres desconocidos venidos más allá del mar. Son la construcción de la imagen indígena del otro. Para el historiador José Vasconcelos estaba equivocado cuando dijo que los pueblos mesoamericanos no habían dejado nada a la cultura universal, por el contrario son universales. León Portilla concluye que su estudio no tenía más pretensión que “conservar el recuerdo” de quienes vieron y sufrieron la Conquista. En opinión del escritor José Emilio Pacheco, Visión de los vencidos es el gran poema épico de nuestra tradición antigua, un cantar semejante a la pérdida de Troya, con escenas vivas de realismo. Por su parte, el historiador Alfredo López Austin comentó que el libro le impresionó mucho cuando era estudiante, y refirió que “es una presentación diferente a la tradicional de cómo se realizó la Conquista. Indudablemente llegar a otros, llevar una voz que no había sido escuchada”. El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma afirma que “es el privilegio de dar la palabra al oprimido, cuyas fuentes traducidas por el padre Garibay, y a las que León Portilla dio forma para que fueran conocidas en todo los ámbitos. Las voces pueden escucharse con su dolor y su sentido, lo que ellos (los conquistados) pensaban de ese momento trágico”. Visión de los Vencidos fue impreso por primera vez en 1959, cuenta con 29 ediciones elaboradas por la UNAM, así como una edición conmemorativa por los 25 años de su publicación (1974), una edición cubana (1969), una española (1985) y una venezolana (2006). Además ha sido traducido a más de 15 idiomas como húngaro, serbocroata, japonés, catalán, esperanto y otomí. La conmemoración del cincuenta aniversario de Visión de los vencidos, contará con la participación de los especialistas Eduardo Matos Moctezuma, Fernando Curiel Defossé y Pilar Máynez Vidal; se efectuará el 25 de junio en el Museo Nacional de Antropología, a las 19:00 horas. [gallery]"
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Comunicado Núm. 672
***Con la presencia de Miguel León Portilla se conmemorará la primera edición de 1959
***Ha sido reeditada en 29 ocasiones y traducida a más de 15 idiomas
Han transcurrido poco más de cinco décadas desde que Miguel León Portilla decidiera, impulsado por su mentor el padre Ángel María Garibay, aprender el idioma náhuatl para estudiar los antiguos códices precolombinos, en los que logró entrever una serie de relatos en torno a la conquista española elaborados por los sometidos. Tras los primeros esbozos comprendió que los manuscritos poseían el espíritu de la derrota y decidió realizar el estudio que ahora es un paradigma: Visión de los vencidos.
El libro publicado en 1959, forma parte de la colección Biblioteca del Estudiante Universitario, y con motivo del cincuentenario de su primera edición, Conaculta; el Instituto Nacional de Antropología e Historia; la Universidad Nacional Autónoma de México y el Colegio Nacional, realizarán un acto conmemorativo con la presencia del propio Miguel León Portilla, que tendrá lugar en el Museo Nacional de Antropología, el jueves 25 de junio.
Visión de los vencidos es para su autor una circunstancia especial, porque halló en los relatos una primera voz que exclama “y todo esto paso con nosotros, nosotros lo vimos, nosotros lo admiramos, con esta lamentosa y triste suerte nos vimos angustiados”, a partir de entonces fue develando e integrando un corpus para conformar esta obra, que en esencia, dice el filósofo, trata de “dar rostro a los que no lo tenían”.
El investigador emérito de la UNAM, refiere que de lo cientos de documentos que consultó, hay en ellos un criterio humanista, no de los conquistadores, sino de los hombres que vinieron posteriormente, como Motolinía, Olmos, De las Casas, Sahagún, quienes se dieron a la tarea de conjuntar testimonios nahuas y mayas, por ello la Visión de los vencidos representa las relaciones indígenas de la Conquista.
Entre los manuscritos consultados de desigual importancia, antigüedad o extensión, pero suficientes para estudiar los rasgos característicos de la imagen que se formaron los cronistas acerca de la Conquista y que sirvieron para conformar el libro son: La relación anónima de Tlatelolco, La relación de Fray Bernardino de Sahagún, códices pictográficos como el Florentino, el Aubin y el Ramírez y el Lienzo de Tlaxcala, entre otros tantos que dieron forma a esta obra, comentó el historiador.
Por otra parte, León Portilla considera que entre las principales aportaciones de su texto están el concepto de “el otro” o como le dicen algunos “la otredad”, ya que hasta antes de 1950 sólo se conocían los manuscritos con la versión de los conquistadores a través de Las cartas de relación (Cortés) o La historia verdadera de la Conquista de la Nueva España (Díaz del Castillo). Así que este estudio muestra desacuerdos y contradicciones de vencedores, señaló.
Entre las páginas del libro se pueden encontrar, como parte de las relaciones del suceso histórico: Presagios funestos sobre la venida de los españoles, La llegada a Tlaxcala y Cholula, La actitud psicológica de Motecuhzoma, La llegada de los españoles a México-Tenochtitlan, La Matanza en el Templo Mayor, La noche triste, entre otros; así como una serie de reproducciones fieles de las ilustraciones documentales, pinturas y dibujos de procedencia indígena, elaboradas por Alberto Beltrán.
Miguel León Portilla, relata con viveza y de memoria su apartado especial Cantos tristes de la conquista, donde reposa el sufrimiento y dramatismo de los pueblos conquistados. Recita: “los caminos yacen dardos rotos, los cabellos están esparcidos, enrojecidos están sus muros”.
Cuenta, que en un seminario donde estudiaban su obra, uno de sus estudiantes dio ese concepto de “otredad” a la Visión de los vencidos, puesto que las relaciones contenidas en las páginas del libro son un esfuerzo para comprender quienes eran esos hombres desconocidos venidos más allá del mar. Son la construcción de la imagen indígena del otro.
Para el historiador José Vasconcelos estaba equivocado cuando dijo que los pueblos mesoamericanos no habían dejado nada a la cultura universal, por el contrario son universales. León Portilla concluye que su estudio no tenía más pretensión que “conservar el recuerdo” de quienes vieron y sufrieron la Conquista.
En opinión del escritor José Emilio Pacheco, Visión de los vencidos es el gran poema épico de nuestra tradición antigua, un cantar semejante a la pérdida de Troya, con escenas vivas de realismo.
Por su parte, el historiador Alfredo López Austin comentó que el libro le impresionó mucho cuando era estudiante, y refirió que “es una presentación diferente a la tradicional de cómo se realizó la Conquista. Indudablemente llegar a otros, llevar una voz que no había sido escuchada”.
El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma afirma que “es el privilegio de dar la palabra al oprimido, cuyas fuentes traducidas por el padre Garibay, y a las que León Portilla dio forma para que fueran conocidas en todo los ámbitos. Las voces pueden escucharse con su dolor y su sentido, lo que ellos (los conquistados) pensaban de ese momento trágico”.
Visión de los Vencidos fue impreso por primera vez en 1959, cuenta con 29 ediciones elaboradas por la UNAM, así como una edición conmemorativa por los 25 años de su publicación (1974), una edición cubana (1969), una española (1985) y una venezolana (2006). Además ha sido traducido a más de 15 idiomas como húngaro, serbocroata, japonés, catalán, esperanto y otomí.
La conmemoración del cincuenta aniversario de Visión de los vencidos, contará con la participación de los especialistas Eduardo Matos Moctezuma, Fernando Curiel Defossé y Pilar Máynez Vidal; se efectuará el 25 de junio en el Museo Nacional de Antropología, a las 19:00 horas.
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