Nellie Campobello, “una mujer entregada a su arte” que dejó un valioso legado a México
Comunicado No. 1784/2010
05 de noviembre de 2010
***Conaculta rinde homenaje a la bailarina, coreógrafa y escritora, de quien se cumplen 110 años de su nacimiento
Nellie Campobello fue una artista multifacética: bailarina, coreógrafa, escritora y poeta. Ella misma refiere en el prólogo a Mis libros que prefirió, junto con su hermana Gloria, danzar en los estadios, en las calles, en los parques de los pueblos, en lugar de estar en las marquesinas de los teatros de moda de la Ciudad de México.
Admiradora de Pancho Villa, la Centaura del Norte, como le gustaba a ella autonombrarse, nació en Valle de Ocampo, Durango. El próximo 7 de noviembre se cumplen 110 años de su nacimiento. Nellie fue hija de Rafaela Luna y Felipe de Jesús Moya, su verdadero nombre fue Francisca Moya Luna. Fue la tercera de seis hijos en ese matrimonio.
Su hermana Gloria, siempre tan allegada a ella y con quien realizó una brillante carrera dentro de la danza, nació en 1911 de una relación sentimental que sostuvo su madre Rafaela en Chihuahua con un empresario estadounidense de apellido Campbell. De ese apellido toma Nellie su seudónimo, modificándolo para quedar Campobello.
Vida difícil de rastrear, el Fondo de Cultura Económica publicó a finales de 2007 la edición Nellie Campobello. Obra reunida, en la que Juan Bautista Aguilar proporciona en el prólogo datos destacados y valiosos de la bailarina y escritora, de personalidad magnética y fuerte, escasamente proclive a la confesión.
Un año después de la muerte de su madre, en 1923, Nellie y Gloria se trasladan a la Ciudad de México, apoyadas por Campbell, donde se traza un nuevo rumbo en sus vidas que las acercará a los más selectos círculos del arte y la cultura en el México de las nacientes instituciones. “Podemos decir que la danza fue la llave que les abrió las puertas para poder destacar en la sociedad”, sostiene Bautista Aguilar.
Las Campobelllo se inscribieron en las clases de ballet de la profesora estadounidense Lettie Carroll, para emprender el camino definitivo hacia los escenarios.
Si para Gloria el mundo giraba alrededor de la danza, para Nellie sería su complemento; el espíritu que alentaría con ahínco sería la literatura, sin dejar de lado otras vertientes como su labor de escenógrafa, en la que involucró a intelectuales, pintores y músicos de primer orden, como Martín Luis Guzmán, José Clemente Orozco y Carlos Chávez, entre otros.
Nellie Campobello. Obra reunida contiene su obra literaria publicada en vida: Yo!, libro de poesía publicado en 1929; Cartucho, relatos sobre la Revolución Villista (1931); las estampas dolorosamente íntimas y memoriosas de Las manos de mamá (1937); los apasionados y polémicos Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa (1937), sus Tres poemas, y el ensayo autobiográfico que hizo las veces de prólogo al volumen Mis libros (1960), en el que se recopilaron sus textos principales.
Se puede decir que entre 1923 y 1929 es la etapa de su gestación como escritora. El nulo registro de su paso por los colegios en la edad temprana también genera un vacío en la biografía de Nellie, a quien se considera autodidacta sobre todo en su creación literaria. El escritor Martín Luis Guzmán la definió como “una mujer entregada a su arte”.
Conocedora de la miseria y de la pobreza del pueblo mexicano, narra los avatares vividos en las misiones culturales, pero nada importaba: “Nuestra contribución era para el pueblo, es cierto, y requería el máximo esfuerzo […]”.
En las batallas que tuvo que sortear, agradece a los escritores José Domenchina, Martín Luis Guzmán, José Juan Tablada y Ermilo Abreu Gómez, y al poeta José Muñoz Cota, la defensa que realizaron de su obra. En forma particular se refiere al apoyo decidido y permanente del pintor José Clemente Orozco, a quien consideraba un hermano mayor.
Éste tendrá un papel destacado al pintar y diseñar “telones” y vestuario para una gran parte de los ballets de Nellie y Gloria Campobello, como lo refiere la investigadora en arte, Laura González Matute.
En 1943, Nellie fundó, junto con su hermana Gloria, Martín Luis Guzmán y José Clemente Orozco, el Ballet de la Ciudad de México.
Tan intensa como su labor dentro de la literatura fue el camino que Nellie Campobello trazó a su paso por el mundo de la danza y el legado que heredó a México.
Personajes destacados como el maestro Hipólito Zybin, Carlos Mérida, Enrique Vela, Francisco Domínguez y las hermanas Nellie y Gloria Campobello, dieron origen en 1931, por instrucción de la Secretaría de Educación Pública, a la primera escuela de danza pública. Narciso Bassols y Carlos Chávez la declaran Escuela de Danza, y la reinauguran el 15 de mayo de 1932, dirigida por el pintor Carlos Mérida y Nellie Campobello como su ayudante.
En el año de 1937 se asignó al plantel el nombre oficial de Escuela Nacional de Danza y la profesora Nellie Campobello asume la dirección de la escuela. Gracias a su trabajo se institucionaliza la danza en México logrando un gran avance dentro de la cultura de esa época.
En 1992 se modifica el nombre de la escuela por Escuela Nacional de Danza Nellie y Gloria Campobello haciendo honor a dos grandes figuras dentro de la danza en México. En 2007 la escuela cumplió 75 años de vida, lo que la convierte en la institución dancística más antigua de México.
Sus aportaciones al estudio de la danza y bailes tradicionales, entre los que destaca su investigación Ritmos indígenas de México, son constancia de una tenaz persistencia y vocación. Es una veta inacabada por descubrir en su interpretación literaria, en la estimación de danzas y bailes, así como la justa valoración de su historia personal, afirma Juan Bautista Aguilar.
Nellie Campobello es ejemplo de entereza, de humanismo, de valentía y, sobre todo, es el testimonio de una mexicana que supo contribuir a la educación artística en México y a su anhelo por consolidar y formar nuevas generaciones de mexicanos, sostiene Bautista Aguilar.
Nellie Campobello falleció el 9 de julio de 1986 y fue enterrada en Progreso de Obregón, Hidalgo.