David Alfaro Siqueiros, un artista cuya obra ha trascendido el tiempo y las fronteras
Comunicado No. 26/2011
06 de enero de 2011
***Conaculta rinde homenaje al pintor y muralista en el 37 aniversario de su fallecimiento
David Alfaro Siqueiros (1896-1974) es uno de los artistas plásticos más destacados que ha dado México; este 6 de enero se cumplen 37 años de su fallecimiento. El artista es considerado uno de los tres exponentes principales del muralismo mexicano junto con Diego Rivera y José Clemente Orozco.
Siqueiros estaba convencido de que su trabajo artístico estaba “intrínsecamente” relacionado con su acción política. En 1921, en Barcelona, España, publicó en la Vida Americana el manifiesto titulado “Tres llamados a los artistas plásticos de América”, donde perfilaba un arte de carácter social que pusiera por alto los valores de los pueblos.
En 1922, David Alfaro Siqueiros regresó a la Ciudad de México para trabajar como muralista para el gobierno revolucionario de Álvaro Obregón. Hizo murales junto con Rivera y José Clemente Orozco en la Preparatoria.
En 1923, Siqueiros ayudó a fundar el Sindicato de Pintores, Escultores y Grabadores Mexicanos Revolucionarios, junto con Xavier Guerrero, Diego Rivera, Fermín Revueltas, José Clemente Orozco, Ramón Alba Guadarrama, Germán Cueto y Carlos Mérida. Un año más tarde este mismo organismo crea la publicación El Machete, que posteriormente sería el órgano oficial del Partido Comunista Mexicano.
En 1928, Siqueiros asistió como delegado al IV Congreso de la Internacional Sindical Roja en la URSS. Debido a sus actividades sindicales, relacionadas con su militancia en el Partido Comunista Mexicano, fue encarcelado en Lecumberri y después se exilió en Estados Unidos, donde exhibió su trabajo en Nueva York y, en 1932; completó su mural América tropical, en la Sala Italiana de Olvera Street, en Los Ángeles, donde también pintó los murales Mitin en la Calle y Retrato actual de la Ciudad de México.
En 1933, en la Argentina realizó el mural Ejercicio plástico en el sótano de Natalio Botana, director del mítico diario argentino Crítica, donde Siqueiros fue columnista durante más de un año. Regresó a exhibir en Nueva York en 1936, donde además trabó amistad con el joven pintor Jackson Pollock, otro de sus alumnos fue Óscar Quiñones. De esos años son Eco de un grito (1937) y El suspiro (El sollozo) (1939), ambos actualmente en el MoMA de Nueva York.
En 1937 partió a España para incorporarse a los combatientes republicanos en la lucha contra el franquismo. A su regreso, se opuso a darle asilo en México a Trotsky, promovido por Diego Rivera y Frida Kahlo. El 24 de mayo de 1940 intentó asesinar a León Trotsky. Siqueiros con la complicidad de Shelton Harte, guardaespaldas de Trotsky, perpetró un ataque en la casa de Coyoacán acompañado de 20 hombres. Realizaron más de 100 disparos, sin embargo los guardaespaldas fieles a Trotsky repelieron la agresión evitando que hubiera heridos.
Debido al atentado contra Trotsky, se exilió en Chile durante 1941. En Chillán pintó Muerte al invasor. En 1944 emigró a Cuba donde pintó Alegoría de la igualdad racial.
En 1946 Siqueiros regresó a la Ciudad de México y pintó en la ex aduana de Santo Domingo, hoy Secretaria de Educación Pública su mural Patricios y Patricidas. En su casa realizó el mural Cuauhtémoc contra el mito y más tarde pintó en el Palacio de Bellas Artes el tríptico Nueva Democracia. En 1947 realizó el famoso lienzo titulado Nuestra imagen actual.
Al año siguiente, Siqueiros inició un taller de muralismo en la Escuela de Bellas Artes de Guanajuato en San Miguel de Allende. Ahí inició un mural a Ignacio Allende que dejó inconcluso debido a la falta de recursos.
En 1952 iniciaría el proyecto de los murales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cual se compondría por tres “escultopinturas”. De estos murales sólo se terminó uno, El pueblo a la Universidad y la Universidad al pueblo, el cual fue inaugurado en 1956.
En 1960 terminó el mural en el Castillo de Chapultepec, titulado Del Porfirismo a la Revolución. Ese año, el 9 de agosto, fue aprehendido y acusado de disolución social por su participación en el Comité de Presos Políticos y la Defensa de Libertades Democráticas. Permaneció encarcelado cuatro años en la prisión de Lecumberri. Durante esa estancia, Siqueiros realizó numerosos bocetos para el proyecto de la decoración del Hotel Casino de la Selva, propiedad del empresario Manuel Suárez y Suárez.
En 1964, Siqueiros salió y para 1966 inició lo que sería el Polyforum Cultural Siqueiros, como parte del complejo del entonces Hotel de México, hoy World Trade Center, en la Ciudad de México. La obra se proyectó como una capilla pintada por completo por murales de Siqueiros, mucho más grande que la Capilla Sixtina, en Roma.
Finalmente, el Polyforum Cultural Siqueiros y su mural La Marcha de la humanidad, que ocupa una superficie de cuatro mil 600 metros cuadrados de paneles articulados, fueron inaugurados el 15 de diciembre de 1971, por el entonces presidente Luis Echeverría Álvarez.
El INBA anunció, para este 2011, la restauración del Polyforum Cultural Siqueiros y su mural La marcha de la humanidad, considerado el más grande del mundo. También se está realizando la digitalización del Fondo David Alfaro Siqueiros, en la que fuera su casa en el Distrito Federal y que el artista donó al pueblo mexicano en 1971.
El Polyforum Cultural Siqueiros, obra del muralista David Alfaro Siqueiros, será sometido el próximo año a un proceso integral de restauración, declaró Gabriela Gil Valenzuela, directora del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), del INBA-Conaculta.
“En estos momentos estamos en pláticas para conseguir los recursos, pero por lo que respecta a la obra, ya tenemos todo un plan y proyecto de parte de los dueños del terreno y del instituto”, explicó.
En 1966, Siqueiros recibió el Premio Lenin de la Paz y ese mismo año el Premio Nacional de Bellas Artes de México. En 1968 terminó el mural La historia del teatro en la Asociación Nacional de Actores (Anda).
Sala de Arte Público Siqueiros
La Sala de Arte Público Siqueiros (Tres Picos 29, colonia Polanco), que se ubica en la que fuera la casa del artista en la Ciudad de México, pretende centrar su atención en la investigación de la obra del muralista mexicano a través de la restauración de los murales que allí se encuentran, la digitalización del archivo documental del artista, y la posible búsqueda de discursos artísticos actuales en relación al pensamiento de David Alfaro Siqueiros.
En la Sala Siqueiros se hallan los murales Maternidad (1971–1973), realizado con laca automotiva sobre novopan; Proyecto mural para una escuela del Estado de México (1971-1973), laca automotiva sobre novopan, y Trazos de composición espacial del mural La marcha de la humanidad (1965-1971), acrílico sobre carboline.
También se están digitalizando, con apoyos institucionales y privados el Fondo David Alfaro Siqueiros, cinco acervos que fueron legados por el artista junto con su casa habitación y su estudio en Cuernavaca, llamado La Tallera, en diciembre de 1973.
Hoy en día, se ha digitalizado en alta resolución y en formato jpg el acervo documental integrado por correspondencia, mecanoescritos, manuscritos, folletos, recortes de prensa, carteles, volantes, invitaciones y catálogos, dando como resultado un total de 102 mil 908 imágenes. También, se digitalizó el acervo fotográfico, generando así ocho mil 453 imágenes en alta resolución y en formato jpg, mismas que representan alrededor del 95 por ciento del total del material fotográfico que integra dicho acervo.
Mural recuperado
A principios de diciembre de este 2010, se inauguró el mural Ejercicio plástico, que fue restaurado y que el artista pintó en Argentina en 1933, el cual ahora se ubica en la antigua Aduana Taylor, de Buenos Aires, Argentina. A partir de abril de 2011, podrá ser visto por el público en el Museo Bicentenario (Aduana Taylor), que se ubica en la parte de atrás de la Casa Rosada.
La creación y la aventura posterior del mural Ejercicio plástico, que David Alfaro Siqueiros pintó en 1933 en el sótano de una casona propiedad del empresario editorial Natalio Botana, ha dado ya para varios libros y cientos de artículos periodísticos.
Después de sacarlo de la propiedad campestre, Ejercicio plástico fue fragmentado en seis partes y estuvo guardado por 18 años en unos contenedores. A pesar de que fue declarado en 2003 “Bien de Interés Histórico Artístico de la Nación”, y actualmente está en un proceso judicial de expropiación, la empresa que adquirió el mural exige su devolución.
La firma uruguaya Dencanor –que en octubre de 2004 pagó 820 mil dólares a la firma Fine Arts para quedarse con el mural–, ya ha recibido una oferta del gobierno argentino (tres millones de dólares), la cual ha rechazado, por lo que pide su devolución.
El mural, restaurado en su totalidad por un equipo encabezado por el mexicano Manuel Serrano, fue inaugurado por el presidente de México, Felipe Calderón, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, el secretario de Educación Pública de México, Alonso Lujambio y la presidenta del Conaculta, Consuelo Sáizar, el pasado 3 de diciembre, y se anunció su apertura al público en abril de 2011.
Sobre este asunto se han publicado los libros El mural de Siqueiros en la Argentina (2003), de Héctor Mendizábal y Daniel Schavelzon y Cautivo: el mural argentino de Siqueiros (2004), de Álvaro Abos; Conversando con Siqueiros. También en Argentina se publicaron este año Ya pintaba en el vientre de mi madre (2010), de José Tcherkaski, una entrevista realizada por el periodista en 1971, y Siqueiros: muralismo, cine y revolución, de Ana Martínez Quijano, una de las especialistas en todo cuanto acontece alrededor de Ejercicio plástico.
Por años se creyó que nació en Ciudad Camargo Chihuahua, pero en 2004 la crítica de arte Raquel Tibol dio a conocer en la revista Proceso que Siqueiros nació en “Arcos de Belén, en la Ciudad de México, como consta en los documentos auténticos y certificados… Su padre fue el muy católico caballero de Colón, Cipriano Alfaro Palomino. Su abuelo, que fue liberal y juarista, fue Antonio Alfaro, quien tuvo una influencia definitiva en la mentalidad de Siqueiros. La abuela materna, que ya había muerto cuando él fue registrado, se llamó María de la Luz Feldmann, evidentemente de ascendencia judaica”.
La crítica de arte, especialista en la vida y obra de Siqueiros, aclara que “José de Jesús Alfaro Siqueiros, posteriormente, usó el seudónimo David, por sugerencia de su primera esposa, Graciela Amador. Nació, en efecto, el 29 de diciembre de 1896”.
Posteriormente, su padre, quien era abogado de profesión, lo llevó a vivir a Irapuato, Guanajuato, donde realizó sus primeros estudios bajo la vigilancia de sus abuelos Antonio y Eusebia Alfaro. Fue su abuelo, a quien apodaban Siete filos, y había luchado contra la intervención francesa, que inculcó en el niño Alfaro Siqueiros su espíritu anticlerical.
Al morir su abuela, Siqueiros y sus hermanos se mudaron a la Ciudad de México, donde fueron internados en escuelas maristas. Tiempo después, en 1911, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y por las noches asistía a la Academia de San Carlos. A los 15 años de edad, Siqueiros participó en las protestas estudiantiles en la Academia de San Carlos de Bellas Artes que cuestionaban el método de enseñanza y pedían la destitución del director.
A los 18 años inició su carrera en las armas. Siqueiros y varios de sus colegas de la Escuela de Bellas Artes se unieron a las fuerzas de Venustiano Carranza luchando contra el gobierno de Huerta; a la caída de usurpador, Siqueiros se afianzó en el Ejército Constitucional que combatió a las facciones políticas de ancho Villa y Emiliano Zapata, donde llegó a ser miembro del Estado Mayor del general Manuel M. Diéguez.
En 1919 el gobierno posrevolucionario lo subsidia para que viaje a París, donde absorbió la influencia del cubismo, intrigado en particular con Cézanne y el uso de grandes bloques de color intenso. Allí, conoció a Diego Rivera, otro pintor mexicano, y viajó con él por Italia estudiando a los grandes pintores al fresco del Renacimiento.
La estética de Siqueiros
A decir de Raquel Tibol, la mayor experta en muralismo y Escuela Mexicana de Pintura, el arte es para Siqueiros “una función y un proceso” que busca que tenga el “máximo servicio público”, oponiéndolo al arte burgués elitista. “En la estética de Siqueiros –dice Tibol-, encontramos inconformismo crítico y autocrítico; voluntad creadora, generosa y vigilante; reafirmación de un realismo de muchos mayores alcances éticos y estéticos…”
En su libro Orozco, Rivera, Siqueiros, Tamayo (Fondo de Cultura Económica, 1974), Tibol precisa que, Siqueiros “estableció con ideas primero y con obras después, las bases para un nuevo arte americano no subsidiario” y, aclara que el artista despreció profundamente la pretendida posición de imparcialidad de los defensores del “arte por el arte”, sin ninguna inclinación ideológica, porque “un comunista ...no puede aceptar de ninguna manera la aplicación y desarrollo de una corriente que expulsa la imagen del hombre y el medio físico social en que este se mueve de la producción artística”.
Para Raquel Tibol “casi todos los murales –y en toda su práctica artística– están compuestos con base en asuntos de franca tendencia humanista que parten o llegan siempre a los temas medulares de las luchas de liberación de los pueblos oprimidos; las luchas de los desposeídos para conquistar una efectiva justicia social, y el repudio a la guerra para oprimir, sojuzgar y envilecer a los débiles”.