El 26 de noviembre de 1916 se informó en la prensa nacional que el protocolo acordado por los negociadores de los gobiernos mexicano y estadounidense se encontraba ya en estudio. Se establecía que sería decisión del general John J. Pershing, comandante en jefe de la Expedición Punitiva, efectuar el retiro de modo que se pudiera garantizar la seguridad del territorio afectado por la desocupación, para evitar un ataque sorpresa de los guerrilleros villistas. El gobierno de Estados Unidos exigía que el territorio evacuado fuera ocupado y protegido por las fuerzas constitucionalistas. La evacuación tendría lugar cuando éstas hubieran tomado posición al sur de la frontera estadounidense. Si al momento de la evacuación surgiera un imprevisto, ambos comandantes lo resolverían de la manera más amistosa posible. Sin embargo, para Venustiano Carranza cualquier condicionamiento de la salida de las tropas estadounidenses del territorio nacional sería inaceptable porque dañaba la dignidad y la soberanía del país.

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