El general Francisco L. Urquizo presentó ante la Secretaría de Guerra y Marina un proyecto para la creación de la Junta Superior, con el fin de reorganizar al Ejército Mexicano. El general Urquizo había ingresado a la guardia personal del presidente Francisco I. Madero en 1911. Tras el golpe militar de Victoriano Huerta, en 1913, fue hecho prisionero. Al ser liberado, huyó al norte del país y se incorporó al Ejército Constitucionalista, en el que perteneció al Estado Mayor de Venustiano Carranza.

         Fue uno de los colaboradores más cercanos al Primer Jefe, quien le encomendó reorganizar al Ejército mexicano. En su proyecto, la Junta serviría para el reclutamiento de reservas y efectivos, organización de la defensa nacional, ofrecer instrucción militar, crear la biblioteca de la secretaría y las escuelas militares, elaborar la legislación militar, proporcionar uniformes y equipo, redactar la Revista del Ejército y la Marina y otros órganos informativos militares. Esta Junta ayudaría al Departamento de Estado Mayor en todas sus tareas.

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