Al comenzar el siglo XX estaba en vigor la Constitución de 1857, que había sentado las bases del Estado laico, las garantías individuales y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley. Sin embargo, la dictadura de Porfirio Díaz había hecho a un lado el texto constitucional. Las libertades políticas fueron suprimidas, se persiguió a los opositores, se reprimió las luchas de los trabajadores, como las huelgas de Cananea y Río Blanco y se emprendió una guerra de exterminio contra los pueblos maya y yaqui.

La violación a la Constitución produjo el resurgimiento del movimiento liberal. Camilo Arriaga, los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, Antonio Díaz Soto y Gama, Antonio I. Villarreal y Juan Sarabia organizaron clubes y periódicos liberales en los que defendieron la Constitución de 1857 y criticaron las injusticias del sistema social. Al ser reprimidos, tuvieron que emigrar a los Estados Unidos, donde continuaron su crítica a la dictadura y sembrando las raíces de la revolución mexicana

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